Cine y sociedad espectadora en Medellín
(1900-1930)
Autor: Germán Franco Díez
Editorial Pontificia Universidad Javeriana
Taller y Oficio de la Historia
2013, págs. 238
La historia local del
cine colombiano se sigue escribiendo en libros de publicación universitaria,
cumulo de trabajos que posibilitan ir atando hilos desde estudios de casos con
periodos definidos que amplían el espectro hacia una historia regional,
nacional y globalizadora. El caso reseñado es la investigación del maestro
Germán Franco Díez, investigador consagrado a la comunicación desde el sentido
de lo público, formado en la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad
Nacional, interesado en la historia cultural, la relación de la comunicación
con la cultura, los géneros y formatos televisivos, las narrativas
audiovisuales, las culturas juveniles, la responsabilidad social y la convivencia.
Su investigación analiza
desde la capital antioqueña la “sociedad espectadora” que nace, se establece,
se desarrolla, y trasciende bajo la luz del cinematógrafo en el espacio público
que lo ubica como dispositivo cultural de divertimento ante otras posibilidades
ya comunes de esos espectadores “clásicos” influenciados por las fiestas
religiosas, el teatro, la zarzuela, el circo, la ópera, el canto, las corridas
de toros, y el ilusionismo, sólo por nombrar algunas que el autor posiciona
como espectáculos paralelos.
El libro Mirando solo a la tierra presenta a
quienes nos interesa la historia del cine colombiano, una pesquisa interesante
que usa como sustento teórico autores que abordan el hecho histórico de las
imágenes en sentido práctico vinculantes al arte, el libro, la música, el cine,
etc; y los tan necesarios y enriquecedores contenidos de recursos periodísticos
representados en El Colombiano y El Bateo; entrando en comunión y dialogando
en los contenidos que presenta Franco desde la introducción, cuatro capítulos,
las conclusiones, y los anexos.
En resumen, el autor nos
presenta:
…La
historia de cómo llegó el cine a la ciudad y cómo fue usado; qué películas se
proyectaron, en dónde, cómo se proyectaron, cómo las veía la gente, cómo se
percibían sus relatos e imágenes; qué prácticas culturales se desataron y
cuáles se debilitaron ante la proyección cinematográfica, y qué nuevos relatos
y representaciones construyó Medellín acerca de sí misma gracias al cine son
los temas que aborda este libro (pág. 15).
Las preguntas realizadas
pueden caer en la sencillez y obviedad de quien las lee rápidamente sin
detenerse en el objeto de estudio donde se suscitan. En contexto, contenido y
objetivo desarrollado, podemos identificar en la lectura pormenorizada del
libro que estas son respondidas de manera eficiente para el lector, posibilitando
traspasar esa frontera entre el documento académico y el texto básico
informativo.
El concepto “modos de
ver”, traído desde el análisis de la pintura por John Berger para el contexto
británico, es el que nos plantea Germán Franco Díez para su objeto de estudio
en Medellín, entendida y puesta en la práctica de esa sociedad en avance, y explicada
así:
… Los
modos de ver no se entienden como una manera de mirar sino como una manera de
nombrar prácticas colectivas de contemplación o entretenimiento que están
asociadas no solo a los contenidos del espectáculo mismo sino a la forma como
se presenta, es decir, el ritual de ir al cine, la oscuridad, la manera de
relacionarse, el lugar en sí (pág. 25).
El ritual de ir al cine
se encumbra en la puesta en escena de los diversos temas que descubrimos en
treinta años de análisis, todos a través del espectáculo fílmico en una ciudad
a portas de la modernidad urbanística, cultural, social, y tecnológica. Teniendo igualmente en cuenta
su contexto político en el marco del desarrollo centralizado por los gobiernos
conservadores de turno, y lo que implicaba eso en aspectos educativos,
moralizadores y sociales en las instituciones cotidianas representadas en la
iglesia, las escuelas, y los gobernantes locales, lo que indirectamente nos
lleva a un proceso de mentalidades en el accionar cotidiano de los medellinenses,
y en ellos, un “modo de ver” y escuchar esas historias que le mostraban a
través de un lienzo, tan distantes de su escenario geográfico, pero tan
universales en sus sentimientos colectivos y personales.
El primer capítulo, Hacía una sociedad espectadora, nos ubica
con las relaciones entre cine y sociedad, cine e historia, las socialidades de
la sociedad espectadora y su territorio, el paso de la sociedad parroquial a la
sociedad espectadora, finalmente la historia del cine en Medellín.
El segundo capítulo, Modos de ver: Medellín, una parroquia
silenciosa (1900-1913), entra en temas referidos al encuentro con el
espectáculo cinematográfico, y la ciudad como factor de cohesión en aspectos
referidos al aporte del cine como artefacto tecnológico y visual con sus
primeras proyecciones, modos de ver y acción comercial; sumado a las prácticas
colectivas y cotidianas de algunos oficios donde se vinculan otras maneras ya
“clásicas” de diversión.
El tercer capítulo, Un agradable desengaño: el cine convierte a
Medellín en sociedad espectadora (1912-1924), analiza ampliamente las
posibilidades que el cine entrega en diversos temas derivados de su
consumo y encuentro en aspectos que
tiene que ver con el orden público, la delincuencia, la educación y complemento
en otros espectáculos. También encontramos la posición del cine como nueva empresa ventajosa para la economía
local con las compañías que entraron en el negocio de la producción, y la
exhibición con la aparición de los teatros como escenarios para “exaltar las
pasiones”.
El último capítulo, El “hechizgo” del cine: los modos de ver en
la sociedad espectadora (1924-1930), expone los avances de la técnica
cinematográfica en aspectos como el montaje, las sagas, y el paso del silente
al sonoro; además de la relación entre la moral, el cine y con ella la censura.
Valor agregado de esta
investigación es la posibilidad que el autor nos entrega en sus anexos para
revisar la lista de espectáculos entre 1908-1916; además del listado de
películas que pasaron por los teatros y salones de la ciudad entre 1909-1930,
cintas que pueden ser tomadas en cuenta para estudios comparativos con otras
ciudades del país, y así identificar dinámicas de exhibición y recepción con
respecto a esos “modos de ver” de nuestros pobladores en el marco de un
posicionamiento relevante del filme como forma de entrar a otros escenarios de
encuentro en la línea de sociedad espectadora.
Con este libro tenemos
un gran ejemplo de acercarnos al hecho cinematográfico como tema de estudio
desde la historia y en el contexto de las sociabilidades de una ciudad. Esperando
que su uso sea efectivo en cursos y electivas sobre la historia de Medellín
desde aspectos culturales, sociales y urbanísticos. Que no se quede en el
estante oscuro del olvido sin su uso para explicarles a los niños, jóvenes, y adultos de la capital antioqueña, las
formas de expresarse y presentar el cine en el contexto de los años 1900-1930.
En el marco de la
historiografía del cine colombiano desde estudios de caso locales, sin mencionar
la ciudad de Bogotá, nombramos dos investigaciones que se acercan al objeto de
“esculcar” en nuestras ciudades el cine como medio de comunicación y
divertimento que se posiciona en las cotidianidades de una sociedad en
crecimiento, el caso de Barranquilla en
Blanco y Negro de José Antonio Nieto Ibáñez dividido en tres tomos: Historia
del séptimo arte en la ciudad 1876-1935; La historia de la ciudad a través del cine; El cine sonoro
y parlante llega a la ciudad 1908-1935. Y la investigación ya reseñada en
este blog de Angie Agudelo Rico, Bucaramanga en la Penumbra: la exhibición
cinematográfica 1897- 1950.
Barranquilla,
Medellín y Bucaramanga, quedan examinadas en los primeros treinta años de
nuestra historia fílmica desde la exhibición y producción cinematográfica en
sus primeros treinta años del Siglo XX. ¿Cali dónde queda en el período de
estudio? A la espera de una pesquisa del profesor Ramiro Arbeláez que seguro
ayudará a dilucidar otro espacio geográfico para encontrar diferencias, y
encuentros en las formas de presentarse el cine en sus entornos más comunes.
Nota: Un
antecedente importante de estudio en la capital de Antioquia es el libro de
Edda Pilar Duque La Aventura del Cine en Medellín, publicado por la
Universidad Nacional e Colombia y El Áncora Editores en 1992.
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