Nos. 33-34, 2009
Asociación de
Colombianistas y Wabash College
Un número especial dedicado al cine colombiano
aparece un poco invisible ante los escenarios académicos donde la
cinematografía nacional entra como objeto de estudio. Se trata de la edición
especial de la Revista Estudios
Colombianos en sus números 33-34 publicada en el año 2009, con la
responsabilidad editorial de la Asociación de Colombianistas y Wabash College,
y la dirección como editora invitada de la Dra. Juana Suárez, reconocida
investigadora en las idas y venidas de nuestro cine, con su mirada juiciosa y
crítica para potenciar los contenidos que encontramos para el deleite del
lector interesado en nuestras imágenes en movimiento.
El logro de esta publicación se encuentra en los
diversos temas del cine colombiano que van y vienen en aspectos significativos
que se vinculan a nuestra realidades filmadas en ficción: con adaptaciones
literarias; ejercicios de memoria desde el oficio de director; entrevistas que
entran en el escenario de reconocimiento del autor, con sus adaptaciones,
problemas y eficiencias; y un panorama bibliográfico básico de reconocimiento
centrado en textos recientes venidos desde los beneficios institucionales con las
becas de investigación.
En su introducción El cine colombiano: ¿es posible otra mirada?, Suárez expone dos
factores como principios de la publicación: primero, la propuesta siempre
vigente en su discurso académico de generar diálogo entre los investigadores y
sus pesquisas sin importar el campo de estudio y su espacio geográfico de desarrollo; segundo, al afirmar:
…Por otro, poner en esa
mesa de diálogo otros elementos y épocas del cine colombiano. Con sus aciertos
y fallas, la Ley de Cine del 2003 ha generado interés sobre estudios del cine
colombiano pero ante todo material de trabajo, convocatorias, publicaciones,
festivales y exhibiciones. Con cierto
ritmo, el cine colombiano ha ido superando el
“síndrome de los diez años” (cada director hacía una película cada
tanto), para pasar a un balance anual más copioso de, por lo menos, doce a dieciséis
películas colombianas al año. La calidad de las mismas se mira con optimismo
por algunos sectores, con pesimismo por otros. Un punto de partida, entonces,
ha sido entender este momento de la producción fílmica colombiana como arte de
un proceso y como uno de los intentos sólidos de generar industria
cinematográfica (pág. 4).
En momentos de despegue fílmico con nuevos y
consagrados directores del medio nacional, y la amplia participación en
festivales internacionales, el material de insumo para el análisis del cine contemporáneo
colombiano se incrementa para presentes y futuras investigaciones en diversos
campos de estudio, recordando la prioritaria y básica necesidad de reconocer la
historia del cine colombiano en sus diversas etapas de desarrollo; lo anterior,
para que las nuevas generaciones de cineastas no se crean el cuento que el cine
colombiano solo tiene veinte años de desarrollo.
Para los interesados en el contenido de la revista,
con sus respectivos artículos que pueden leerse en su totalidad ir a:
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