21.11.17

XIV Encuentro Nacional de Archivos Audiovisuales del Sistema de Información del Patrimonio Audiovisual Colombiano (SIPAC)

 Patrimonio Audiovisual Colombiano
Elementos para el manejo, protección y salvaguardia

Auditorio Germán Arciniegas, Biblioteca Nacional de Colombia

Calle 24 5-60, Bogotá D.C

27 al 29 de noviembre, 2017

Organiza: Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura

Sistema de Información del Patrimonio Audiovisual Colombiano (SIPAC)

Apoyan:
Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano Biblioteca Nacional de Colombia
Archivo General de la Nación Jorge Palacios Preciado

Con el concurso del Consejo Nacional para las Artes y la Cultura en Cinematografía, CNACC, el Ministerio de Cultura a través de su Dirección de Cinematografía, y la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, se creó en 2003, el Sistema de Información del Patrimonio Audiovisual Colombiano, SIPAC, red de entidades y personas que trabajan a través de la investigación, preservación, conservación y circulación, por la protección y salvaguardia del patrimonio audiovisual colombiano.

El Encuentro Nacional de Archivos Audiovisuales, ENAA, es un espacio de intercambio de conocimientos, experiencias y de diálogo entre el sector de la memoria audiovisual en el país, para el 2017 el tema central es Patrimonio Audiovisual Colombiano: elementos para el manejo, protección y salvaguardia. Se llevará a cabo en la ciudad de Bogotá D.C., en el auditorio “Germán Arciniegas” de la Biblioteca Nacional de Colombia, entre el 27 y 29 de noviembre de 2017.

  
La programación académica cuenta con los siguientes ejes:

-Conferencias magistrales y conversatorios.
-Presentación resolución “Por medio de la cual se reglamentan aspectos generales relativos al Patrimonio Audiovisual Colombiano, PAC.”
-Presentación de avances de las Becas del Portafolio de Estímulos del Ministerio de Cultura. Dirección de Cinematografía y Archivo General de la Nación.
-Presentación Beca convocatoria de Artes Audiovisuales del Programa Distrital de -Estímulos, del Instituto Distrital de la Artes – IDARTES, Cinemateca Distrital de Bogotá.
-Selección de proyectos del 2do Diplomado en Patrimonio Audiovisual de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo lozano.
-Presentaciones institucionales.
-Proyecciones de cine restaurado.
-Proyecciones de contenidos televisivos.
-Para un Largo Adiós: Homenaje a Ricardo Restrepo Hernández.


Lunes 27 de noviembre

8:00 a 9:00 a.m.: Registro y acreditación

9:00 a 9:30 a.m.: Palabras de apertura: Biblioteca Nacional de Colombia (BNC), Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano (FPFC), Archivo General de la Nación (AGN) y Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura (MinCultura).

9:30 a 10:00 a.m.: Proyección del cortometraje Cuartico Azul (1978), 24min, dirigido por Luis Crump Carvajal, restaurado por la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano en el marco del Programa de Fortalecimiento del Patrimonio Audiovisual Colombiano, financiado con recursos del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, FDC, en 2017.

10:00 a.m. a 10:30 a.m.: CAFÉ

10:30 a 11:00 a.m.: La evolución de la información hacia el Big Data, conferencia a cargo de Luis Javier Mosquera, ex-director de la Dirección de Servicios de Información y Tecnología (DSIT) de la Universidad de los Andes, consultor asociado desde el 2007 de la empresa Gestión de Tecnología y Proyectos Ltda., empresa asesora en arquitectura empresarial, gerencia organizacional de proyectos y gobierno TI (Tecnologías de la Información), entre otros.

11:00 a 12:00 m.: Presentación de la Resolución “Por el cual se reglamentan aspectos generales relativos al Patrimonio Audiovisual Colombiano conforme a las Leyes 397 de 1997, 594 de 2000, 814 de 2003 y 1185 de 2008, y al Decreto 1080 de 2015”; a cargo del Comité de Archivos Audiovisuales, Sonoros, Fotográficos y Otros Especiales del Sistema Nacional de Archivos (SNA) del Archivo General de la Nación. A cargo de Marina Arango Valencia y Buenaventura (Presidenta) y Laura Sánchez Alvarado (Secretaria).

12:00 a 1:00 p.m.: Conferencia Catálogo Digital de Señal Memoria: lineamientos para la gestión y acceso, a cargo de Luisa Fernanda Ordóñez, encargada de Diseño e implementación, lineamientos y gestión de colecciones y catalogación para Señal Memoria RTVC Sistema de Medios Públicos. Historiadora de la imagen en movimiento y archivística audiovisual, Master en Preservación y Presentación de la Imagen en Movimiento (Preservation and Presentation of the Moving Image) de la Universidad de Amsterdam.

1:00 p.m. a 3:00 p.m.: PAUSA ALMUERZO

3:00 a 3:30 p.m.: Proyección del documental La Imagen de tu Memoria (2012), 24min, dirigido por Dora Elena Patiño Toro y producido por Telemedellín, ganador del Premio CIPA a la Excelencia Periodística 2013, otorgado por el Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia.

Presentación de avances de los proyectos ganadores de las Becas de Gestión de Archivos y Centros de Documentación Audiovisual “Imágenes en movimiento” de la Dirección de Cinematografía a través del Portafolio de Estímulos 2017 del Ministerio de Cultura:

3:30 a 4:00 p.m.: Gestión del archivo audiovisual de la Fundación Sol y Tierra
–Memoria audiovisual de los ExQuintines– Ciclo II, Fundación Sol y Tierra. A cargo de Clara Inés Erazo, Coordinadora Administrativa y Eliseth Peña, Coordinadora de Archivo Audiovisual.

4:00 a 4:30 p.m.: Audios y videos del archivo Cosmos de la Sierra Nevada de Santa Marta, a cargo del becario Tomás Campuzano Montoya.

4:30 a 5:00 p.m.: Digitalización de originales de negativo y sonido magnético del largometraje documental La Ley del Monte, 1989, a cargo de la becaria Adelaida Trujillo Caicedo y Liuba Hleap, miembro del equipo de gestión.

5:00 a 5:30 p.m.: Pamplona años cincuenta, a cargo del becario José Luis Jaimes Guerrero.

5:30 a 6:00 p.m.: Presentación de la Beca ganadora en 2017 de la convocatoria de Artes Audiovisuales del Programa Distrital de Estímulos, del Instituto Distrital  de la Artes – IDARTES, Cinemateca Distrital de Bogotá, Mi ranchito hermoso: memoria audiovisual de Ciudad Bolívar (1993-2002), a cargo de Luz Marina Ramírez Faustino, becaria y Emma Liliana Zapata, coordinadora del proyecto.
  
Martes 28 de noviembre

8:30 a 9:00 a.m.: PARA UN LARGO ADIÓS: RICARDO RESTREPO
HERNÁNDEZ –Rire– (1962-2017). Co-fundador de la Corporación Colombiana Documentalistas, ALADOS-Colombia. Durante 15 años fue el director de la Muestra Internacional Documental, festival pionero en Colombia dedicado a la no- ficción. Impulsor y Co-fundador del Centro Documental Audiovisual Nacional CENDOC, colección especializada en el género documental colombiano. Primer ganador de la Beca Ministerio de Cultura de Producción de Documentales con Archivo Audiovisual 2012.

9:00 a 9:30 a.m.: Proyección del documental Cesó la horrible noche (2014), 24min, dirigido por Ricardo Restrepo Hernández, Beca Ministerio de  Cultura de  Producción  de  Documentales  con   Archivo   Audiovisual   2012,   Premio Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, FDC 2012 y Beca Documental Convocatoria Artes Audiovisuales, IDARTES 2012. Material recuperado a través el Centro Documental Audiovisual Nacional CENDOC, con la Beca Ministerio de Cultura de Gestión de Archivos y Centros de Documentación Audiovisual “Imágenes en movimiento” 2012.

9:30 a 10:00 a.m.: CAFÉ

10:00 a 11:00 a.m.: Presentación de la conferencia De McLuhan a Jenkins, un conversatorio sobre narrativas transmediales, a cargo de Edith Sierra Montaño, consultora en comunicación 360°, diseñadora de experiencias y contenidos transmediales, Magister en Creación y Producción Multimedia (Comunicación Interactiva) de Télecom Paris Tech ENST – Instituto Nacional del Audiovisual - INA, Francia, y Comunicadora Social de la Pontificia Universidad Javeriana.

11:00 m. a 11:30 a.m.: Ruta de implementación de la Gestión Documental Electrónica en Colombia, conferencia a cargo de Erika Lucía Rangel, Subdirectora de Tecnologías de la Información – Archivística y Documento Electrónico, del Archivo General de la Nación.

11:30 a.m. a 12:00 p.m.: Las Humanidades Digitales para la Circulación y Acceso del Patrimonio Bibliográfico y Documental de la Nación, a cargo de Javier Beltrán, Líder del equipo de Desarrollos y Humanidades Digitales de la Biblioteca Nacional de Colombia.

12:00 a 1:00 p.m.: Conferencia internacional en confirmación. 1:00 p.m. a 2:30 p.m.: PAUSA ALMUERZO


2:30 a 3:00 p.m.: Proyección del documental Guillermo Isaza “El Quijote de Itagüí” (1986), 25min, dirigido por Carlos Álvarez, producido para el programa Un día en la vida de… por la Compañía de Informaciones Audiovisuales del Ministerio de Comunicaciones, en custodia de Señal Memoria de la Radio Televisión Nacional de Colombia, Sistema de Medios Públicos.

3:00 a 3:30 p.m.: Presentación de avances de los proyectos ganadores de las Becas de Gestión de Archivos Fotográficos 2017 del Archivo General de la Nación a través del Portafolio de Estímulos del Ministerio de Cultura. Violencia bipartidista de 1948 en Colombia - Fundación Cine Documental/ Investigación Social.

3:30 a 4:00 p.m.: Presentación de avances de los proyectos ganadores de las Becas de Gestión de Archivos Sonoros 2017 del Archivo General de la Nación a través del Portafolio de Estímulos del Ministerio de Cultura. Colección Sonora Medófilo Medina - Corporación Colectivo María Cano para la Memoria de los Movimientos Sociales y las Izquierdas en Colombia.

Presentación de una selección de proyectos en desarrollo, realizados en el marco del 2do. Diplomado en Gestión de Patrimonio Audiovisual de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano:

4:00 a 4:20 p.m.: Huellas de un viaje: una colección fotográfica en vidrio, proyecto en desarrollo del Archivo Histórico de la Universidad del Rosario (AHUR). Presentación a cargo de Sandra Yazo, Profesional en Ciencias de la Información; Marcela Camargo, Historiadora y Archivista; y Celia del Pilar Páez, Antropóloga Visual y Documentalista.

4:20 a 4:40 p.m.: Archivo Audiovisual de la Organización Nacional Indígena de Colombia - ONIC. Presentación a cargo de Yelena Mendoza, Profesional en Dirección y Producción de Radio y Televisión; Slendy Forero, Directora y Productora de Cine y Televisión – Especialista en Conservación y Preservación Audiovisual; Claudia Yepes, Cineclubista y Gestora Cultural - Especialista en Análisis de Políticas Públicas; y Juan Felipe Santos, Restaurador de Bienes Muebles.

4:40 a 5:00 p.m.: Integración del archivo de la emisora HJUT 106.9 Estéreo al Repositorio Institucional. Presentación a cargo de Orlando Ricaurte López, Periodista con Especialización en Radio; Sebastian Gomez Lozano, Bibliotecólogo; y Isabel Restrepo, Historiadora.

5:00 a 6:00 p.m.: Presentación de la nueva Cinemateca Municipal de Medellín, Programa adscrito a la Secretaria de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín, a cargo de Victor Gaviria, Director; Maderley Ceballos García, Coordinadora; y Adriana Patricia González, Coordinadora Archivo Audiovisual.

Miércoles 29 de noviembre

9:00 a 10:00 a.m.: Proyección del documental Gabo, la magia de lo real (2015), 56min, dirigido por Justin Webster y producido por JWP, Ronachan Films y Horne Productions   para   Caracol   Televisión   y    Discovery    Channel    Latinoamérica. Presentación a cargo de Martha Elena Restrepo, Directora Archivo Audiovisual Caracol Televisión.

10:00 a 10:30 a.m.: CAFÉ

10:30 a 12:00 a.m.: Mesa de Formación, Avances y Perspectivas del SIPAC, Presentación encuesta de formación realizada por la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura al SIPAC en 2017. Conversatorio entre representantes de: Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, Cinemateca Municipal de Medellín, Cinemateca Distrital de Bogotá, Universidad Central, Universidad Autónoma de Occidente, Archivo General de la Nación, Biblioteca Nacional de Colombia, Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura.

12:00 a 12:20 a.m.: Proyección del cortometraje Asunción (1976), 15 min, dirigido por Carlos Mayolo y Luis Ospina. Obra en 16mm preservada por la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano a través del Programa de Fortalecimiento del Patrimonio Audiovisual Colombiano con recursos del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, FDC, en 2015.

12:20 a.m. a 1:00 p.m.: Conferencia ¿Cómo diseñar un Plan Especial de Manejo y Protección, PEMP?, a cargo de Diana Martínez Matiz, especialista del Grupo de Bienes Culturales Muebles de la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura.

1:00 p.m. a 2:30 p.m.: PAUSA ALMUERZO

2:30 a 2:45 p.m.: Proyección del cortometraje En Busca de María (1985), 15min, dirigido por Jorge Nieto y Luis Ospina, restaurado por la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano en el marco del programa de Fortalecimiento del Patrimonio Audiovisual Colombiano, financiado con recursos del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, FDC en 2016.


 2:45 a 3:30 p.m.: Presentación de la investigación María de Máximo Calvo: el mito fundacional del cine colombiano, conferencia a cargo de Yamid Galindo Cardona, Magister en Historia de la Universidad Nacional de Colombia, Licenciado en Historia de la Universidad del Valle y Diplomado en Gestión de Patrimonio Audiovisual de la Universidad Jorge Tadeo Lozano (Primera cohorte).

3:30 a 4:30 p.m.: Hora para trasladarse a la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, Carrera 45 N° 26-49, Centro Administrativo Nacional, CAN.

6:00 a 8:00 p.m.: Cine bajo las estrellas. Proyección del largometraje San Andrés, Isla de Ensueño dirigido por Alejandro Kerk, (1962), 86min, restaurado por la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano en el marco del programa de Fortalecimiento del Patrimonio Audiovisual Colombiano, financiado con recursos del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, FDC, 2017. Copa de vino.


Fin.

5.11.17

Rodrigo D. No Futuro: La marca de una película generacional

Las noticias a inicios de los noventa del siglo pasado traían indicios de un cine gestado desde las entrañas de los problemas sociales de una de las capitales más importantes del país. Medellín, sufrida ciudad por la violencia del narcotráfico, estigmatizada interna e internacionalmente por este fenómeno sociológico, era día a día registrada bajo estos hechos. Los niños y jóvenes de esa época, no terminábamos de entender la situación, lo que escuetamente leíamos en la prensa, escuchábamos en la radio, o veíamos en los noticieros televisivos, no arrojaba sobre nuestras cabezas la dimensión de lo que soportábamos junto a otros espacios de nuestra geografía como Bogotá y Cali.    

Por ese traslado de la información cultural, las conversaciones generacionales, y el querer escuchar cierta música “de moda” y a la que poco teníamos acceso, fue que llegué a la película de Víctor Gaviria Rodrigo D. No Futuro. Luego fue el enganche en uno de los teatros de la ciudad donde la cinta llego precedida de su participación en el Festival Internacional de Cine de Cannes en 1990, doble motivación de pillar las escenas que ya eran comentadas como rumor estudiantil, y la música que prestada en un cassette ya había rodado bastante en la vieja grabadora Sony de la casa.       

Coincidentemente hubo elementos de la película que uno identificaba en algunos espacios de la ciudad, algo que nos parecía cercano, pero a la vez contradictorio, compartíamos en el colegio con estudiantes que venían de vivir situaciones similares a la de los personajes de Gaviria, vivencias que a oídas me parecían extrañas y peligrosas y a las que indirectamente asistí sin saberlo: el presente estaba ahí, el futuro era incierto.  El tiempo convirtió este filme en un icono cultural que de vez en cuando revisaba, en valor estético de la cinematografía colombiana con su historia, y en parte del canon de obras que han tenido cierto influjo cultural en diversos referentes del orden académico.


Su interés tiene cierta valoración representativa que subyace en su deterioro visual y sonoro, al que asistimos y vimos en innumerables copias, las de salas independientes, las de tienda de alquiler de “vídeos”, las cineclubistas, y hasta las televisivas del canal institucional.  El tiempo es otro, los formatos también, en el 2017 la vemos nueva, vigente, rescatada, parte de un proceso institucional con la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, guardiana de la memoria audiovisual, así como el trabajo loable de Juana Suárez, quién tiene en su registro el trabajar en algunas de las obras más importantes del periodo FOCINE que hasta el momento han pasado por artes de preservación y restauración.   

Partiendo de la compilación documental de Augusto Bernal titulada Rodrigo D. No Futuro. Historias recobradas, podemos sumergirnos por su historia, la que indica que nace de una crónica periodística escrita por Angela María Pérez para el periódico El Mundo de Medellín en octubre de 1984; el encuentro con los actores, y los desarrollos de la historia con los personajes centrales; los cambios en la historia original, y la música con su importancia en la cinta con esa fusión que dice Bernal entre punkeros y pistolocos; finalmente,  la vida y la muerte como temas constantes en esos espacios urbanos donde se desarrolla la película.  

Anexamos para el lector partes de dos textos: Uno de Víctor Gaviria; otro de Augusto Bernal y Zulma Orozco en voz de uno de los actores centrales:

Reflexiones de No Futuro
Víctor Gaviria
Con frecuencia el recuerdo de algunos de estos muchachos con quienes hicimos Rodrigo d: no futuro se me sube a la cabeza y me ahoga, como hoja escrita por uno mismo en algún lugar sin luz, borroneada, que al día siguiente uno no puede entender…, dentro de algunos años, cuando estos días del ochenta se vean de lejos, aquellos que se interesan por el precario cine que hicimos, tal vez vean en esta película nuestra un signo especial, y tal vez tengan la fuerza para escandalizarse de verdad. Verán que una película que se hizo con actores de la calle, con muchachos que iban desde los 16 hasta los 20 años, a la corta vuelta de tres años de finalizado el rodaje, seis de ellos ya habían desaparecido, sucumbiendo a la violencia cotidiana de la ciudad, como si se tratara de una epidemia fulminante…, y así como nosotros no logramos entender cómo nuestros padres no se opusieron a la Violencia, con mayúscula, que borró a tantas gentes de los campos, y cómo salieron de allí, olvidando a cualquier precio, con rostros optimistas de ciudad, así mismo en el futuro nadie entenderá cómo nosotros permitimos que tantos jóvenes de nuestra propia cultura desaparecieran sin dolor para nosotros, como sí se tratara de otras gentes distintas, ajenas a nuestros sentimientos…      

No sé si esta piedad estará en el futuro, o si la indiferencia y la insolidaridad, que parecen los presupuestos de esta ciudad para ser verdadera ciudad, en el futuro ya borren cualquier  curiosidad por los demás, por suerte, cualquier intento de hacer de la ciudad un lugar de identidad, es decir, que yo me pueda poner en la situación de otro en cualquier calle, y entender lo que pasa, su indiferencia, su aventura, su tragedia, su resurrección… Jeyson, Albeiro, John Galvis, Leonardo, Chavo, Francis, otros más, sé que siguen corriendo de un lado para otro en las cabezas de todos nosotros, los que hicimos la película, y se ríen, y buscan siempre “ganar” en donde estén y aterrorizan, que era una de las pocas cosas que sabían, y se oscurecen con sus terribles pensamientos y sus tristezas sin sosiego. 


Y, sobretodo, sé que ellos fueron “peladitos” que pudieron vivir hasta el final de una vida normal, como sus padres, y como ellos humillados por la pobreza y la miseria, como ellos torturados por las pocas posibilidades  y que, aunque ya no viven, nadie puede encontrarlos por sus nombres en las esquinas de San Blas o en los Balsos, ellos vivieron realzados por su aventura loca y suicida, dignificados por la leyenda y por la muerte inminente, como sólo los pobres pueden alcanzar algún heroísmo en vida, y no vivir simplemente como perros, aunque tal vez morir como ellos…

En este tiempo de la ignorancia generalizada, del saber inútil, sólo consagrado al enriquecimiento, en ese tiempo de las ciencias bobas e inhumanas, que se reparten el botín de una persona, seccionándola, el prójimo de ha desdibujado como tal, como persona, como vecino, y de él sólo permanecen imágenes fragmentadas que no mueven ni a la solidaridad, ni mucho menos piedad…, y, sin estas, creo, no puede haber conocimiento…

Aunque todos lo sabíamos, aunque de No Futuro era tan obvio que ellos mismos lo decían entre risas, despidiéndose, nunca pudimos hacer nada para convencerlos, que es lo mínimo que un amigo debe hacer por otro. Pero sus imágenes de personas verdaderas están allí, diciéndole lo suyo, hablando con la poética de español de aquellos barrios, tan hermosa como el siglo de oro, que llama “parca” a la ley, que llama “traído” a todo lo que produce sorpresa, desde un regalo hasta una hermosa cadena en el cuello de alguien, hasta los enemigos que llegan de pronto a matarlos, a llevarlos de paseo por los campos de la muerte.      

Con su alegoría invencible, con su dignidad de niños vestidos a la última moda, puesto que si no tienen casas como se debe, su ropa es su casa mayor, y dentro de ella, alguien con poder suficiente para no dejarse humillar, alguien que se merece también regalos, como los hijos de los ricos. 

Pero ellos están ahí, con sus ideas, puesto que se trata de ideas, para que los otros jóvenes de la ciudad, ingenuos e ignorantes de lo que ocurre más allá de sus condominios, tengan por primera vez, no sólo curiosidad y temor por muñequitos que ven en la pantalla sino también como lo dice Aristóteles en su Poética, no sólo temor sino también compasión por los personajes y por ellos mismos, por su no futuro de jóvenes, más fulminante que una epidemia (pp. 37-39).  

Historias de No Futuro
Augusto Bernal y Zulma Orozco

Ramiro Meneses
La película de Rodrigo D, no es tanto recordar el barrio, los amigos… es algo más a flor de piel, de todo, el recuerdo mismo… es como ver a Jeyson. Me tocó cargarlo y quien representa Ramón en la película… yo los conozco a todos, me siento como el “papá” de todos, de alguna forma. En general yo soy el más viejo. Vi crecer al “Burro”, al “Alacrán”, a Jeyson, a la “rata Mona” (Mario) y a todos, porque teníamos un lazo común que era la música. No éramos todos punkeros. No tanto… en una forma distinta habíamos unos más apasionados que otros y, de todas maneras, el más apasionado por el cuento era yo, entonces me tocó como el cambio de generaciones del rock duro de una época… No, el metal no. Yo nunca me metí con el metal…, después en el lado del punk donde estaban los más jóvenes, que eran los que estaban empezando como Jeyson, y luego todos se dispersaron y el único que siguió con la música era yo… mejor dicho es que todos nos dividimos y se volvieron “pistolocos” y otros seguimos como la misma línea cambiando de música simplemente y de sensaciones.

Éramos como una gallada de cincuenta personas donde por ser el más viejo me destacaba. Más bien pocas mujeres y casi nunca andábamos juntos, realmente nos reunimos en el parque Guadalupe, que era donde todos los días nos parchábamos. Entonces no faltaba la persona cultural, así que lee los periódicos, que va a cinemateca…, no es que lo haga todos los días, sino que para entonces Rosa, que era una mujer muy especial, se apareció allá con el cuento de que unos señores de Teleantioquia estaban necesitando gente para hacer un programa de televisión.    

Rosa era una amiga del parche, era como la manejadora y unos le parábamos bolas y otros nada…, sobre todo los más jóvenes… que fuéramos a ver qué era lo que quería esa gente. Allí hay una división muy tenaz y es que nosotros somos -éramos- de un lado del mundo y nos tocaba conocer esa otra parte. Entonces fueron unos y dijeron esos manes eran unos bacanes, que putería de locos, y yo dije: “Vamos a ver mañana y los encendemos a pata a ver si son tan bacanos”. Entonces, claro, allá nos aparecimos y va saliendo Víctor, yo me quedé y le dije: “este guevón es muy… sencillo”; íbamos más a que nos dieran trabajo, a ver la guevonada que le estaban planteando a los pelados. Salió entonces “El Chiqui” y nos comenzó a hablar y entramos de a cinco y nos empezó la curiosidad. Nos entraban y les decían a unos que no y a otros que sí, pero que nos llamaban porque venía una película. Al tiempo se apareció Ramón en mi casa y me dijo que fuéramos a Tiempos Modernos.     
      
Yo me le pegué y seguimos constantemente. De alguna manera fuimos los iniciadores de esta historia. Fuimos el puente para que Víctor fuera al barrio y conociera lo que nosotros hacíamos. Víctor se interesó más por los punkeros que se tiraban gargajos, bailaban dándose golpes. Para nosotros era algo especial que estos locos tan frescos como nosotros, entonces el parche era ir a fumar yerba con ellos, nos invitaron a comer, a almorzar y bacano, pues era conocer otra parte del mundo que no queríamos conocer.


La película llegó con el tiempo. Ya tenía otros locos para trabajar que no eran del parche nuestro y, de pronto, Víctor me puso a actuar y a ensayar de Rodrigo y llamaba también a Ramón y a lo último se me dijo que el protagonista era yo… fueron al barrio, estuvieron en mi casa, luego a al de Ramón, en distintas casas, como viendo cosas y hablando mucho…

Se hizo como una amistad y nos fuimos para Liborina a preparar todo. Allí si nos destapamos porque era una confianza total, nos agarrábamos a pata, hablábamos. Ahí pasamos ocho días. Luego llegaron los demás pelaos que trabajaron en la película, ninguno es un guevón, todos son pelaos muy fuertes. Y la participación fue con historias como te acordará de la escena del colegio donde preguntó por unos vidrios aún rotos. Esos los quebré yo. Entonces Víctor ene l rodaje nos recordaba lo que habíamos dicho antes y lo metía y se armaban los diálogos. Era más una cosa libre que comenzaba con un planteamiento de Víctor. Entonces era como recordar unas maricaditas como la de la caleta, los punkeros, lo de la cucha y mucho ensayo con todos.  

Tenía una banda. En ese tiempo la carreta que tenía era hacer música casi orgánica… la batería era prestada, hecha con parches de cuero, la guitarra era acústica conectada a una grabadora y empezamos tocando así porque ninguno de los dos del grupo sabía tocar. Dimos un concierto donde nos encanaron por estar en una iglesia abandonada. El grupo se llamaba Mutantes. Éramos seis grupos y nos tocó de primeras, más de buenas, tocamos como doce temas y eso que se veía sino sangre, más duro se le daba, cuando de pronto vi un polvorín que caía del techo. Llegó la policía y recogieron todo haciendo un cerro de cuchillos, chaquetas de cuero, cadenas. Estuvimos cerca de tres días y más de uno teníamos de esas botas Grulla de protección, que decían eran militares y nos la quitaron. Fue un desfile de descalzos saliendo de la estación de policía como a las 12 del día.

Entre las canciones que tocamos recuerdo que estaba, “Tengo Rabia”, “Religión”, “No te desanimes, mátate”, “Sin redacción”. En la película aparecen algunas de estas canciones, por ejemplo, una que le pusimos el nombre de “Ramera de barrio”, “Así no”, “No te desanimes mátate” y otras doce o trece que hicimos. Con respecto a mi trabajo en televisión, me dicen que traicioné todo proe estar en la televisión (pp. 56-59).

Texto
Augusto Bernal J. Rodrigo D. No futuro, Colección Borradores de Cine, Black María Escuela de Cine, 2009.  

Nota: En el marco de Memoria Activa 2017, evento realizado por la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, con apoyo de la Universidad Agustiniana -Programa de Cine y Televisión-, y el Canal Zoom, se exhibirá Rodrigo D. No Futuro este 8 de noviembre a las 6:30 entrada libre en sus instalaciones:  Carrera 45 #26-49, Bogotá. Teléfono(1) 7441339

1.11.17

El primer cine soviético

Uno de los hechos representativos de la historia del siglo XX fue la Revolución Rusa. Ocurre en paralelo a la participación del imperio ruso del zar Nicolás II en la Primera Guerra Mundial, al deterioro de las relaciones internas entre sus súbditos, y las brechas sociales acaecidas. El alto número de ciudadanos rusos que participan del conflicto bélico europeo deja desquebrajada la mano de obra en las fábricas y espacios campesinos, sufriendo una escases significativa de productos de consumo básicos, llevando a un descontento generalizado por medio de protestas y huelgas que buscaban proyectar mejores condiciones laborales; igualmente ligado a un proceso de  largo aliento donde la opresión y las diferencias establecidas en capas sociales instauradas por la monarquía, sumaba a las necesidades de buscar otras salidas venidas de la coyuntura del momento histórico en 1917.

El cine, uno de los motores culturales del siglo pasado, se afianzó durante la Revolución Rusa por medio de su uso público, mediático, político, divulgativo e histórico, clara muestra de aprovechamiento singular para favorecer una ideología en particular. También, en el sentido intelectual de reflexionar en torno a su lenguaje y puesta en escena, síntoma distintivo de una época de transformaciones que supo ver en el séptimo arte, la posibilidad de poner sobre la población algunos elementos discursivos para incrementar su capital cultural en busca de un afianzamiento sociocultural, extendido internamente, y expuesto internacionalmente en las posibilidades de exhibición que abrieron sus espacios.


Con el Realismo Socialista, doctrina estética y sociopolítica de la Unión Soviética, se pretendió acondicionar la literatura y el arte a las necesidades acaecidas en el proceso revolucionario; tomada de algunas posiciones pensadas por Marx en el siglo XIX, y ajustadas por Stalin, significó un modelo o estructura rígida pasada por censores, y vinculante a un modo de pensar directo y sin desviaciones del orden político revolucionario.
Parte de las celebraciones de los 100 años de la Revolución de Octubre, están dedicados a resaltar el cine de sus primeros años, para eso he transcrito el texto de Javier Memba de su Historia del Cine Universal, un momento para regresar y retomar obras del cine universal, y ante todo revisar sin apasionamientos, los aires de una época convulsionada y con ecos universales.     
     
El cine soviético
Tal vez haya sido valorado en demasía por su exaltación del comunismo. Pero basta con ver cualquiera de las tres cintas en torno a las cuales se articula el primer cine soviético-El acorazado Potemkin (Sergei M. Eisenstein, 1925), La madre (1926) y El Hombre de la cámara (Dziga Vertov, Vsevold Pudovkin, 1929)- para rendirse ante su grandeza y comprender la impronta que sus hallazgos hubieran podido tener en el resto del cine mundial si el cine soviético no hubiese estado silenciado por los enemigos del comunismo en la mima medida que fue sobrevalorado por los simpatizantes de esta ideología.

El país que se encontraron los bolcheviques cuando acabaron con los Romanov era analfabeto en más de sus dos terceras partes. Por eso, cuando Lenin proclama: “De todas las artes el cine es para nosotros la más importante” sabe perfectamente que la imagen silente –abocada a ser más visual incluso que la hablada- es infinitamente más útil para desarrollar la conciencia comunistas entre las masas que las célebres mil palabras.

Aun se libra la guerra civil que sucedió a la revolución, contienda que habría de prolongarse entre 1918 y 1921, cuando salen de Moscú los primeros tres trenes cargados con agitki. Eran aquellos cortometrajes de agitación en los que habría de tener su origen todo el cine soviético posterior. Los encargados de la exhibición de esos agitki eran camarógrafos además de proyeccionistas. De regreso a Moscú volvían con filmaciones de las que nacerían nuevos documentales de agitación, nuevos agitki que habrían de conseguir que los espectadores soviéticos acabaran prefiriendo el cine autóctono y concienciado a las cintas de Mary Pickford, Douglas Fairbanks y Buster Keaton que eran sus favoritas cuando llego el  nuevo orden. La labor debió de ser en verdad ardua si se considera que los países productores de material negativo habían prohibido su importación a la recién nacida Unión Soviética.


En aquellos trenes viajaron algunos de los que estaban llamados a sobresalir entre los primeros cineastas soviéticos. Contaba entre ellos Lev Kulechov (Tambov, 1979; Moscú, 1970), un hombre que habría de calar más hondo con sus teorías que con sus películas. Aunque en su filmografía se incluyen títulos como Mister West en el país de los bolcheviques (1924), una de las comedias más aplaudidas de todo el silente soviético, el Kulechov que la historia recuerda es aquél que concibió la idea de que el cine tenía una naturaleza específica, totalmente ajena al teatro. Corría 1921 cuando Kulechov se apeó de esos trenes cargados de agitki para abrir su propio taller de cine. Aquellos fueron los años en los que la escasez de materiales más agobió a los cineastas soviéticos. Tanto así que Kulechov y sus discípulos se vieron obligados a hacer películas sin llegar a impresionar ningún negativo con las secuencias.

Esto de fingir rodar por el afán de aprender a hacer cine, que en una primera apreciación puede parecer una simple anécdota, llevo a Kulechov a concebir la idea de que cada uno de los planos de una película tenía un significado distinto dentro del contexto en que estaba ubicado y en estrecha relación con el plano precedente y su sucesor. Dicha conclusión, conocida como El efecto Kulechov, fue la piedra angular de todo el cine soviético.

Amén de al montaje –o en estrecha relación con él tal vez sea mejor decir- las teorías de Kulechov se vieron ampliadas a la interpretación. En opinión de este joven maestro, la interpretación cinematográfica debía estar imbuida de cierto naturalismo, radicalmente opuesto a la artificialidad teatral. Naturshchik fue a llamar a sus actores ideales y entre ellos se encontraba Vsevolod Pudovkin (Penza, 1893; Riga, 1953). Quien no dudó en afirmar, puesto a recordar a su maestro: “Nosotros hacemos películas, Kulechov hacia cine”.

Ya en su primer largometraje, La madre, Pudovkin fue a desarrollar ese equilibrio entre montaje e interpretación mucho mejor que el propio Kulechov. Basada en la novela homónima de Máximo Gorki, La madre narraba la concienciación política de una mujer siguiendo el ejemplo de su hijo, un pobrero textil que milita en el partido comunista. “Lo más que uno puede extraer de una obra literaria es el tema, que hay que transformar luego en el guión”, afirmó refiriéndose al original de Gorki. “La madre fue mi primera película independiente. Durante la realización luche con obstinación y con todas mis fuerzas”.

Tras su obra maestra, Pudovkin dirigió El final de San Petersburgo (1927). Realizada por encargo del propio Stalin para conmemorar el décimo aniversario de la Revolución Soviética –como Octubre (Sergei Eisenstein, 1927)-, su contenido, básicamente, es el mismo: la exaltación de la toma del Palacio de Invierno y el resto de los acontecimientos que condujeron al poder a los bolcheviques. La principal diferencia con Octubre es que Pudovkin focaliza su drama a través de un obrero envuelto en los sucesos desde que unos días antes es reventada la huelga en la que participa, en tanto que Eisenstein basa su propuesta en las consabidas masas y en el montaje.

Parece ser que, originalmente, El final de San Petersburgo, pretendía remontarse a dos siglos antes de esos diez días que en palabras de John Reed –el fundador del partido comunista estadounidense- conmovieron al mundo. Lo cierto es que todos los planos alaban la revolución comunista mediante los pequeños detalles que la conformaron. A destacar la secuencia del soldado, agazapado en su trinchera mientras escribe una carta. Cumple igualmente dejar constancia de esas estampas de San Petersburgo rielando en las aguas del rio y de la grandiosidad con que Pudovkin retrata algunas estatuas de la ciudad. Ello no quita para que la utilización de la bota como símbolo del poder opresor resulte un recurso harto manido en la pantalla soviética de aquellos días. En esa misma reiteración de la estética revolucionaria viene a caer ese montaje ideológico en el que se compara a las masas obreras y campesinas con el humo de las chimeneas y las olas del mar.


Más interés despierta Tormenta sobre Asia, que Pudovkin realiza en 1928. En opinión de algunos comentaristas es una de las mejores cintas de todo el cine silente. Antaño conocida como El heredero de Gengis Khan y basada en un argumento de Osip Brik e I. Novokshenov, dos escritores del circulo Maiakovski, era aquella una historia ambientada en Mongolia de la guerra civil que sucedió a la revolución de Octubre. Al igual que La madre y El final de San Petersburgo, Tormenta sobre Asia versa sobre una toma de conciencia comunista. Para Sadoul –destacado militante comunista él mismo-, los protagonistas de estas tres películas “son seres frustrados que llegan lentamente a la clara visión de los deberes de la clase a que pertenecen. Sociales por su contenido, los filmes de Pudovkin son por su forma obras psicológicas, cuyo centro es un tipo. Al contrario que Eisenstein y sobre todo de Vertov, Pudovkin no pudo pasar sin grandes actores. Vera Baranovskaya fue la madre  y Nikolai Batalov, su hijo. Ivan Chuvelyov fue un campesino, soldado y después revolucionario en El final de San Petersburgo, Valéry Inkijinoff encarnó al impresionante hijo de Gengis Khan. Pudovkin, él mismo interprete de talento, fue un gran director de actores, a quienes no dejó caer en exageraciones de actuación”.

Fuentes
Javier Memba, Historia del Cine Universal, T&b editores, pp. 122-124.
Joaquín Romaguera I Ramio, homero Alsina Thevenet, Textos y Manifiestos del cine, Catedra, 1989, pp. 183-191.