Reseña: Darío Enrique Rojas Cervantes, María Angélica Jaramillo Gutiérrez, Andrés Mauricio Aros Alvarado, El aula va al cine: Tres perspectivas y una didáctica especifica. Colección Artes, Comunicación y Cultura, Cine y Televisión, Investigación, Editorial Uniagustiniana, 2024.
Pensar una disciplina desde su espacio de representación docente en el
Programa de Cine y Televisión de la Universitaria Agustiniana, es un plus que
logra esta investigación publicada por la editorial de esta institución,
también lo son las sinergias de los docentes que propusieron este proyecto
desde sus experiencias, y la interdisciplinariedad que el cine posibilita con
el acto creativo de las imágenes en movimiento y la enseñanza del oficio
cinematográfico con sus estrategias didácticas, el saber y la pedagogía.
En su introducción, los autores plantean el interés en pensar en “las
formas en las que se enseña el cine en nuestro contexto”, invitación dirigida a
la comunidad de programas y docentes para que afronten y diserten sus
experiencias ante el escenario de una apropiación del conocimiento
cinematográfico y su apuesta en la realización con las relaciones que se dan
entre el espacio, sus actores, la tecnología, y sus resultados:
…Así, el objetivo principal de esta investigación es
proponer una didáctica específica para la enseñanza del oficio cinematográfico
que tenga como punto de partida la caracterización del saber cinematográfico,
la didáctica entendida como saber, la identificación de las narrativas docentes
y cómo estas estructuran la enseñanza del oficio cinematográfico desde el
compromiso político, ético, y pedagógico que supone su práctica pedagógica
(p.2).
El primer capítulo es un “Estado de la cuestión. Caracterización de la
enseñanza del oficio en el ámbito universitario”, desde tres perspectivas: la
legitimización del discurso reducido la instrumentalización que se hace de él
para explicar un tema desde salón de clase; la falta de consenso sobre lo que
significa la formación en cine; y “la ambigüedad con la que el lenguaje
pedagógico le hace frente al oficio cinematográfico” (págs. 7-8). En ese
sentido los autores hacen una extensa “búsqueda” de referentes para explicarnos
el sentido de lo que nos proponen con un estado del arte que relaciona el cine
y la pedagogía, su enseñanza, la experiencia, su interacción dentro de esa
escuela, sus dificultades –las cuales clasifican en seis-, para finalmente
preguntase si existen las estrategias didácticas para la enseñanza del oficio
cinematográfico, tal vez con la desazón de no ampliar sus análisis a propósito
del cruce y disertación de las fuentes que son posicionadas.
Titulado “El profesional reflexivo”, el segundo capítulo va a la fuente
oral, al método biográfico dirigido a lo que se conoce como las narrativas del yo, la experiencia y
la memoria del quehacer docente en la cotidianidad de la enseñanza del cine
desde los diversos perfiles profesionales que involucran un programa académico,
con una sentencia significativa y crítica:
…En consecuencia, para afrontar la enseñanza del
oficio cinematográfico las entidades educativas convocan representantes de
variadas disciplinas, quienes son seleccionados para impartir las distintas
materias en razón a su experiencia en el medio y no por su capacitación
pedagógica (habilidades y competencias para la enseñanza) …, Las motivaciones
que atraen a los profesionales en la realización audiovisual al ejercicio
docente varían. Su decisión de integrar el equipo académico en instituciones de
educación superior que ofertan los programas profesionales asociados a la
creación está condicionada en muchos casos por la inestabilidad económica y la
incertidumbre laboral características de estas profesiones artísticas, el cine
entre ellas (págs.43-44).
La reflexión, y análisis que entregan los profesores, se entrelazan en
la formación que tienen, su participación en eventos académicos y las
publicaciones en la que estos participan; sus primeras experiencias,
dificultades e inseguridades; las preguntas: ¿Qué significa aprender a enseñar
cine? ¿Te gusta? ¿Cómo construir la identidad profesional del cineasta? ¿Cómo
se debe enseñar la cinematografía?; Métodos y recursos; la sistematización; y
lo que titulan “la base de la enseñanza cinematográfica”. Un cúmulo de información
valiosa desde las siguientes disciplinas: dirección de fotografía; producción
general y guion; ingeniería de sonido y diseño sonoro para cine; dirección de
arte, escenografía y ambientación; edición, montaje y posproducción e
investigación para guion y arte.
¿Qué es el saber cinematográfico? La pregunta de este capítulo es también transversal a todos los contenidos que podemos leer en su bibliografía base, y los análisis que resultan de sus autores, quienes afirman: “Entonces, para hablar de saber cinematográfico y su enseñanza empezamos por definir al cine como una construcción icónica audiovisual generadora de sentidos y posturas frente a la realidad” (p. 84). Con las premisas de la “Caracterización del saber cinematográfico”, “Taxonomía de los departamentos del oficio cinematográfico”, “Tipos de saberes a ser administrados en la enseñanza del oficio cinematográfico” y el “Diseño de actos didácticos para cada etapa del proceso de realización cinematográfica”, vemos un aporte para los lectores especializados al identificar el movimiento del acto creativo desde la practica a la teoría. Dejaría para el diálogo una expresión que queda “ardiendo” en el panorama de nuestro contexto ante la pregunta ¿Qué se enseña cuando se enseña a hacer cine?, y la explicación de tres grandes problemas con la sentencia final: “El panorama se enrarece aún más cuando se devela que en Colombia nadie se preparó para enseñar cine” (págs. 93-94).
Las preguntas didácticas que surgen al enseñar el oficio cinematográfico
son expuestas en el texto de forma orgánica y didáctica, potenciando uno de los
objetivos latentes del libro que son los de servir de guía para diversos
escenarios donde el audiovisual funciona como método y obra en las características
funcionales de lo que conocemos como investigación
creación en acciones dirigidas a ¿Qué se debe enseñar? ¿Quién debe enseñar?
¿Dónde se enseña? ¿Por qué enseñar el oficio cinematográfico? Preguntas que
tienen un desarrollo a través de algunos esquemas de interpretación que conectan
con “cuatro saberes que agrupan los contenidos a ser
enseñados al estudiante de cine colombiano” (p. 100); la administración del
saber pedagógico; la transposición didáctica; y una propuesta de estrategia
para la enseñanza del oficio cinematográfico. Finalmente, la postura teórica
que nos presentan en los ítems expuestos, se configuran en la práctica de lo
que denominan “la experiencia del laboratorio de creación audiovisual” a través
de una metodología denominada aula
locación y su impacto en un rodaje dentro de las instalaciones de la Uniagustiniana
en el año 2018.
En esta investigación es notoria la dedicación que ponen los autores al
estructurar los temas, ubicar estratégicamente las fuentes bibliográficas, y
apoyarse de diversas tablas -14- y figuras -5- para su comprensión. Es sin lugar
a dudas un apoyo documental para los lectores interesados en esta reflexión que
claramente está dirigida a un público especializado a la enseñanza del cine en
sus escuelas o programas en el ámbito nacional, tal vez al leerlo y estudiarlo,
notaran que lo explicado por Rojas, Jaramillo y Aros, esta latente en el
escenario de nuestras acciones académicas y sus apuestas didácticas y metodológicas,
con la diferencia significativa de que en la mayoría de los casos poco o nada
se discuten, se comunican y sistematizan para un nuevo conocimiento.