Con motivo de los
25 años de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, se celebró uno de los
mejores ciclos cinematográficos presentados en los últimos años, con apoyo de
la Biblioteca Luís Ángel Arango en la sala de audiovisuales entre el 12 de
agosto y 14 de octubre del año en curso. Paralelamente, los asistentes podían observar
en el corredor central de la sala, la exposición de algunos documentos que se
preservan sobre nuestra historia fílmica: afiches, fotos, revistas, el guión del
primer largometraje del cine colombiano –María,
1922-, entre otros. También se publicó una guía de estudio que expone
introductoriamente la función de preservar nuestros archivos fílmicos, además
de una bibliografía y filmografía recomendada para los interesados en la
investigación de nuestro cine.
El ciclo
inicio con la exhibición de tres documentos:
Selección de registros del archivo histórico
cinematográfico colombiano de los Acevedo 1915-1933, Acevedo
e hijos: por un arte propio, y la película Madre -1924-; culminando con la presentación de tres
trabajos: Esta fue mi vereda -1958-, Rapsodia
en Bogotá -1963-, y Paramo de
Cumanday -1965-. Se organizó el programa en características vinculantes a nuestra
cinematografía, y que no son ajenas a la historia del cine mundial: cine
silente, cine parlante y sonoro, el arribo del color, un cine nacional -con
largometrajes, cortometrajes y documentales-, en una periodización definida
entre los años 1924 y 1965, con un total de 29 realizaciones. La presentación estuvo
a cargo de Rito Alberto Torres Moya -Subdirector Técnico de la FPFC- explicando
históricamente cada obra, y su aporte a la cinematografía nacional, además de diversos
aspectos sobre la restauración de estos materiales fílmicos. Contamos con la
presencia del director Julio Luzardo, quien expuso un gran anecdotario de su
obra El Río de las Tumbas 1965-, un
aporte magistral que nos permitió conocer más de su película, y ante todo,
acercarnos a su gestor; igualmente, la participación entrañable de Mady Samper,
hablándonos de la vida de su madre -Gabriela Samper-, y de ese gran trabajo fílmico
titulado Paramo de Cumanday.
Asistí a la totalidad del ciclo, lo hice por dos razones: la
primera, por erudición, ya que el interés que tengo sobre el cine colombiano desde
la historia, me ponía sobre el espacio bogotano una oportunidad única de
encuentro, posibilitándome ver sistemáticamente parte de la biofilmografía de Colombia
en algunas de sus etapas; segundo, por percibir desde el espacio de exhibición,
la participación del púbico a este tipo de programación, anotando la poca
asistencia a algunas sesiones, un alto grado de desconocimiento sobre la
cinematografía nacional, y los sentires hacia algunas obras en aspectos como los
aplausos nacionalistas –cuando aparece musicalizado el himno nacional en Garras de Oro-, las duras críticas en “voz
baja” al cine de Ducrane y Patria Films, la emoción ante esos halcones de la ruta que competían en una
Colombia rural, las “fugas” espontáneas de la sala ante lo expuesto en la pantalla,
las preguntas criticas, largas y cortas sobre lo visto en escena, y así
sucesivamente diversos rasgos que aportan al espectáculo del país filmado y
visto con los ojos del presente.
La publicidad de este evento llegó a los vinculados a la red
de la Biblioteca Luís Ángel Arango como socios, igualmente se pudo encontrar en
el cronograma sobre papel en la calle y en el interior de su sede; también en
la página de la FPFC hubo cobertura del
ciclo, además de algunas páginas en el internet, y los vínculos individuales
que cada uno hizo desde sus redes sociales. Sin embargo, al decir de algunos de
sus asistentes, y de otros que se han enterado sobre el camino de su exhibición,
la publicidad fue poca, y las lamentaciones muchas ante no poder asistir por
horarios cruzados, y otros ítems de diversa índole. Igualmente no percibí en
programas televisivos nacionales –puedo estar equivocado- y sus escasas
sesiones culturales, una nota sobre Memoria
Recuperada. Pero también resalto esa apatía hacia nuestro cine, la recepción
es poca, y siempre bajo prejuicios dañinos que opacan el sentido de nuestra
cinematografía, en este caso con un interés particular vinculado a una
institución que se esfuerza por salvaguardar las imágenes en movimiento de un país.
La interrogación constante de los asistentes al culminar cada
reunión fue: ¿se consiguen esas películas?, con una respuesta repetitiva, si,
se pueden consultar en la sede de la FPFC en el centro de Bogotá, cerca a la
plaza de San Victorino, y algunas las puede solicitar en audiovisuales de la BLAA.
Otro punto que se atravesó como gran interrogación fue la de los circuitos de
exhibición nacional televisiva, y el por qué en estos espacios no se
presentaban, la respuesta tiene una razón vinculada al sector privado: muchas
de estas obras no tienen cabida en la parrilla de sus programaciones,
exceptuando el canal institucional –Señal Colombia- que abre su espacio
nocturno para entregar algunas de las películas programadas. También sirvió el
espacio para realizar algunos vínculos académicos, conversaciones paralelas al
comienzo y final de cada exhibición, y finalmente fortalecer para algunos, una
visión amplia de nuestro cine.
Finalmente, celebro esta gran oportunidad que tuvimos en
Bogotá para ver una parte de nuestra historia cinematográfica, opción que los
nuevos investigadores del cine nacional debieron haber aprovechado para su
parcela académica, sobretodo los que se encuentran en Bogotá. Como propuesta,
sería importante para el país que la Biblioteca Luís Ángel Arango realizará un
ciclo itinerante en sus áreas culturales, para descentralizar un ciclo que
muestra la biofilmografia de un país, y así presentar la historia del cine
colombiano con sus obras más
representativas.
Adenda
Agradezco
la invitación de Rito Alberto Torres a participar en el ciclo en tres de sus sesiones,
un espacio aprovechado para exponer el tema que investigo en la actualidad
concerniente a la producción cinematográfica en Colombia a mediados del siglo
XX desde Ducrane Films y el Cine de la Extensión Cultural y bellas Artes
del Ministerio de Educación.
Imágenes
-Escena
del Carnaval, -Noticiero de los hermanos Acevedo 1925- Fuente, Crónicas del Cine Colombiano 1897-1950,
Hernando Salcedo Silva.
-Guía
de Estudio 109: Memoria y Patrimonio
Audiovisual. Biblioteca Luís Ángel Arango, Sal de Audiovisuales.
1 comentario:
Hola, Yamid. interesante el articulo, y la clave: la participacion del Pubico. me llamo la atencion por lo de la imagen como el "origen del mundo".
un abrazo
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