El 28 de febrero
de 1977, Lavoe se presentó en Buenaventura, punto inicial de su fama en la región
vallecaucana extendida a Cali, el primero, según sus amigos y cómplices
musicales, se convirtió en un espacio donde se sentía especial por el afecto de
su gente, y cercanía al estilo de vida de algunos puertorriqueños. Allí, en el público que fue a escucharlo,
estaba Andrés Caicedo, “último concierto” del escritor caleño que días después,
el 4 de marzo, decidiera suicidarse y entrar en el circuito de reconocimiento
literario y cinéfilo en el entorno nacional, que al día de hoy sigue en
auge.
Sobre su primera
presentación en Cali, en marzo de 1977,
Umberto Valverde nos cuenta:
[…] La primera vez que vino a Cali se
presentó en el Evangelista Mora. Yo vivía en Bogotá y Henry Holguín, director
de la Revista Antena, me envió a cubrir la presentación. Vamos a gozar un poco.
Fue un sábado y Lavoe tocaba maracas, vestía un vestido verde y chaleco, se
apreciaba su enorme anillo que lleva su nombre, vamos a reír un poco, ríe tu
carcajada final, Héctor reía, a su lado, José Mangual Jr, bongosero y director
musical, Lavoe se quita el chaleco, el sudor le pegaba la camisa a la piel,
Lavoe cantaba sin esfuerzo, sobrado, estaba en la plenitud de su vida, tenía 31
años, la gente asistió como pudo, saltaron los controles y entraron a ver a su
ídolo, que te pasa, estás llorando, tienes alma de papel, luego, hacha y
machete, seguro, firme y decidido, casi todo su elepé, buscando una mejor
sonoridad, Willie Colón ya no estaba con él, era su banda, Lavoe se secaba el
sudor, tomaba aire, bebía aguardiente, casi no hablaba, sólo sabía cantar,
Mentira, la trompeta triste, Salomé no está llorando el martirio de sus penas,
mujer falacia, impostora de caricias, la gente gritaba, la muchachita lloraba,
el negro bembón sudaba y abrazaba a su negra, el coro entraba, cambiaba de
ritmo, llegaba la rumba, y de pronto, cantó Plazos Traicioneros, después del
Evangelista Mora se presentó en Las Vallas, en una de sus mejores noches en
Cali, Lavoe en persona, los caleños no lo podían creer, no quiso cantar
Ausencia, recordó la Murga de Panamá en una improvisación que trajo a la
memoria algunos apartes de Alegría Bomba E, ese inolvidable tema de Cortijo, es
el final, Lavoe hizo el corte con las maracas, Lavoe por primera vez en Cali en
1977.
La crónica de
prensa publicada por la revista TV Semana
del periódico El País sobre está
presentación, titula Lavoe no quiso
alternar con Piper, sin embargo…, el texto es escrito por Santos Colón, y
sin hacer mención al titulo, el lector se queda sin saber cual fue la situación
con Piper Pimienta que por su mensaje debió a ver pasado por quien acompañaría
al cantante como telonero, y la no aprobación de la estrella salsera. El
concierto se realizó en el Coliseo Evangelista Mora, el cronista alerta que dos
días antes de la presentación estuvo pensando en el momento que comenzara a
sonar Mentiras, Hacha y Machete,
Periódico de Ayer, aquellos que cantó con la orquesta de Willie Colón, que
no podía olvidarse de ninguno, y que si lo hacia los pediría a gritos: “Y así
sucedió. Del Evangelista salía humo y no era para más. Prohibido entrar licor;
y las canecas brillaban de mano en mano como en las grandes fiestas latinas del
Yankee Stadium”. Sobre las acciones de Lavoe en escena: cantando, improvisando,
bailando, secándose el sudor, recibiendo licor, tirando las maracas cuando
terminó su última escena, recibe el escritor una queja de alguien que dice que
“maleducados estos soneros”, y la respuesta:
[…] “oiga señora, oiga señor, esto es así, es la
salsa comprende? Y algo raro tiene que pasar cuando se piden permisos en tantas
fábricas, los buses llegan atestados de gentes de todos los barrios, el traje
dominguero para esta ocasión, expresión alegre para la cara, aplausos, y
definitivamente, estamos bien, muy contentos, ese pelao del trombón, la
trompeta del gordo, timbaleta, tumbadora, Lavoe y otra vez Lavoe “Ay que soba y
soba, ay que soba y soba”…, que vaina la policía se lleva a un muchacho,
rechifla, quebrar de botellas “ay que soba y soba”, sentado en al radiopatrulla
con la cabeza entre las manos, triste muy triste compay, y pensar que pago
buena parte de lo que trabaja en al semana rompiéndose el coco, mujer falacia
impostora de caricias, la ambulancia corrió rauda por la avenida, ese tipo se
quebró la pierna por estarse colando, pa’lante, alta la frente, el gordo de la
filmadora parece un trompo bailando vinieron todos para oírme guarachar, dos
piezas más y punto final; rellenas, jugos, cholaos, maíz, pisones y no hay plata para ir a
bailar, cuanto vale el “cover”?, mejor me voy a dormir, tengo que trabajar
mañana, lástima, no cantó el Todopoderoso ni Panameña, pero vamos jugando…
Lavoe regresó a
inicios del mes de agosto de 1978, y en una crónica del periódico El País, responde algunas preguntas
concernientes a sus inicios y trabajos con Pacheco y Colón, y sus afectos en
Europa, New York, y Panamá como artista reconocido de lo que él llama la “cultura
latina”. Sobre el afán del periodista sobre escuchar que “Cali es la capital de
la salsa” por boca de HL., recibe la respuesta “Eh chico, si tu quieres saber
de todos los sitios que he visitado en el mundo y donde he actuado, cuál ha
sido el que me ha comido el corazón y me ha trastornado el cerebro, pues te
diré que es Buenaventura”. Referencia su canción “Periódico de Ayer” de Tito Curet
Alonso como la más exitosa en ese
momento, además de afirmar que si le tocará escoger una orquesta de salsa en
donde cantar, escogería al Eddie Palmieri, y respecto a las
orquesta colombianas, menciona a Fruko
y sus Tesos, con los que había participado en Panamá. Una semana después
publican la segunda parte de la reseña
que anuncia:
[…]Esa noche el gimnasio “Evangelista
Mora” sirvió no como escenario para uno de los shows más esperados de la salsa
en Cali, sino para ratificar la especia ya circulante: Cali no es la capital
Mundial de la salsa”. Ni el concurso de bailarines, un tanto desorganizado y
“cursi” (como realmente lo fue), ni el espíritu alegre y desbordado de Piper Pimienta Díaz, estrenando su “Banda Pimienta”,
y menos la calidad y show de Héctor Lavoe, sirvieron para despertar a la masa
congregada en el frío coliseo.
A Lavoe se el fue la respiración. Gran
parte de su actuación la dedicó a tratar de motivar a los asistentes, pero todo
fue inútil.
Sólo seis canciones y el “Monstruo de la
Salsa”, aterrado y confundido, tuvo que parar. Disgustado por la frialdad de
los caleños y desesperado ante una inesperada asfixia, tuvo que claudicar.
“Realmente Cali no tiene sabor”, dijo y agregó “me quedo con Buenaventura”,
nadie le jala, dijo.
Héctor tiró el micrófono, bajó
corriéndolas escalas del tablado y rápidamente buscó refugio en uno de los camerinos.
Aquella noche del jueves tres de agosto
sirvió para que Cali se hundiera y Buenaventura quedara exaltada como la nueva
Capital de la Salsa.
Finalmente, a Héctor lo vemos en su
diversos registros fotográficos casi siempre vinculados a las caratulas de sus
discos grabados con el sello Fania en compañía de Willie Colón o en solitario.
En registros privados que hacen su paso al archivo general fotográfico de su
fans, aquellos que descubrimos bajo las sombras de los espacios rumberos. En videos
montados en la web con viejas y conocidas presentaciones, y nuevas imágenes en auge
o declive de su carrera. En cuanto a la vida del cantante y sus puestas en escena,
en el 2006 se estrenó la publicitada cinta El
Cantante, protagonizada por Marc Anthony, y dirigida por el cubano León Ichaso, película que recibió recias
críticas por su argumento, y extensos aplausos por la puesta en escena musical en
la voz de su protagonista; igualmente, se realizó una obra teatral
de gran éxito llamada ¿Quién mató a Héctor
Lavoe? producida por David Maldonado y con la actuación en un primer periodo
del cantante Domingo Quiñones, y luego por el actor Raúl Carbonell, quién protagoniza
al cantante en la película Lavoe, la historia
no contada de Anthony Felton estrenada en el 2010.
Fuentes e
imágenes
-Revista
TV Semana, periódico El País, Sábado 12 de marzo de 1977.
-Fernando
Ortiz A., Revista Viernes Cultural, periódico El País, Sábado 4 de agosto de 1978.
-Fernando
Ortiz A., Revista Viernes Cultural, periódico El País, Sábado11 de agosto de
1978.
1 comentario:
muchas gracias, Yamid, por tu articulo. muy interesante. un abrazo, mi amigo
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