1.8.11

De ida o regreso, el Puente Ortiz está inmerso

El Museo de Arte Religioso de Cali tiene actualmente en su casa una exposición dedicada a un icono arquitectónico y urbanístico importante para la ciudad; seguro, en muchos de los hogares caleños, se encuentra alguna imagen de este espacio, recuerdo inmortalizado que tiene la brisa de la ciudad quieta ante el recorrido del centro del foco –mujer, hombre o familia- mientras cruzan el puente. Cruzando el Río Memorias del Puente Ortiz, se titula la instalación que contiene fotografías, documentos y vestigios encontrados en los trabajos que sobre la avenida Colombia frente a dicho puente, han encontrado los encargados de “sacarle tierra” a la ciudad para la transformación de una de las vías más importantes por parte de la actual administración.


La documentación, investigación y curaduría estuvo a cargo de Alberto Vallejo Mosquera y Viviana Muñoz Cuadros, quienes en el texto que titularon “el puente Ortiz patrimonio material cada vez más vivo” parten de la dificultad del concepto patrimonio por haberse convertido en una expresión patriótica más, agregando: “Los caleños desafortunadamente, no hemos sido formados para reconocer y valorar nuestra memoria histórica, ni mucho menos para transmitirla; por ello hoy contamos con tantos lugares y momentos olvidados, que se hace urgente y necesario volver a cada uno de ellos para recordarlos, apreciarlos y transmitirlos; con el fin de comenzar a reconstruir mediante el patrimonio cultural y artístico nuestra identidad”. Esa memoria histórica a la que hacen mención, deteriorada –agrego yo- por la falta de formación tanto familiar y educativa en sus instituciones, tienen igualmente un alto grado de responsabilidad en las disposiciones administrativas dirigidas a la no conservación del patrimonio arquitectónico de la ciudad, el cual solamente podemos identificar bajo la memoria fotográfica, corrillos y conversatorios que otrora y hace pocos años atrás, algunas instituciones se encargaron de rescatar y publicar, lo que reconocemos como el “Cali viejo”. La propuesta de los curadores es interesante por la transformación que vive la ciudad en las inmediaciones de esta arteria principal, y para nadie es un secreto que mucha agua y gente ha pasado por este espacio en los cambios que la ciudad ha sufrido, testigo vigente de un Cali nuevo y viejo que parece ha asegurado su inmortalidad.

Sitio preferido por los fotocineros que sin mediar palabra registraban a los transeúntes con el Puente Ortiz de ida o regreso inmerso, para entregarles un recibo con la dirección de la casa fotográfica para que reclamaran la imagen en un pequeño visor o por el contrario en papel. A propósito de este tema, el artista plástico Oscar Muñoz realizó en el año 2004 una instalación titulada “Puente Ortiz”, proyectando sobre las aguas del río Cali esas fotografías no reclamadas y ocultas en los anaqueles de las casas fotográficas que habían sido tomadas entre las décadas del cincuenta y setenta del siglo pasado; con los negativos en su poder, el artista decidió presentarlas nuevamente en el espacio inicial de su foco, esperando que algún raizal se reconociera con más edad, y bajo el influjo de la corriente del agua, todo un acto de la imagen hecha movimiento. De la anterior propuesta, junto con Mauricio Prieto, salió publicado por Laguna Libros en el 2.009 un pequeño libro de bolsillo titulado Archivo Porcontacto, cuyo contenido son más de 200 fotos que presentan “la memoria de la comunidad a través de los cambios que se observan en el gesto, la actitud, el atuendo de los retratados, y en la arquitectura del lugar”.


El Puente Ortiz bajo la lente de Alberto Lenis, también tuvo su presencia, y en diversas épocas; publicadas en el libro Retrospectiva Fotográfica del Valle del Cauca en 1.989, nos muestra en una primera imagen el río Cali en su anchura y caudal, y en el centro la pequeña torre de la antigua Ermita, además de viejas casonas que parecen ser parte del mismo puente; igualmente dos personas afrocolombianas en el extremo izquierdo del río sentadas sobre las piedras, dos transeúntes caleños que parecen estar de traje completo, inclusive uno llevándose la mano a la cabeza como tratando de no perder el sombrero por el viento, y más atrás al parecer una dama en la misma dirección hacia el llamado paseo Bolívar. La segunda foto es nuevamente el río Cali en su anchura pero con el fotógrafo posado en el piso del puente, con las montañas en el fondo en busca de la vía al mar, sumándole la colina de San Antonio y su vieja iglesia, a su lado el viejo barrio del peñón; en un plano medio, una vieja casa que parece una caballeriza colindando con la orilla del río, otras casas a los extremos, algunos bañistas, y en fila algunas bestias –caballos y/o yeguas- bebiendo de las aguas mansas, más las mujeres lavanderas a los lados que extienden sabanas blancas. La tercera foto nos muestra en perspectiva el puente desde el Paseo Bolívar, con la calle sin pavimentar, un carruaje de doble tracción animal, arboles frondosos, y de fondo las viejas casas del Cali decimonónico. La cuarta imagen resplandece por su luminosidad, las personas que lo transitan con su vestir particular, y edificios iconos de la ciudad, algunos ya destruidos, y otros en pie a pesar de las circunstancias urbanísticas. La quinta fotografía cambia la perspectiva del río, el puente, y la ciudad: primero, una serie de piedras alineadas una sobre otra que parecen haber desviado el río; segundo, porque notamos los postes y sus faroles sobre el Puente Ortiz; tercero, la nueva Ermita imponente sobre el horizonte, y a su lado el destruido Hotel Alférez Real. La sexta imagen nos muestra un puente remodelado, con los característicos arcos que al día de hoy todavía se preservan, el río canalizado, y el imponente edifico Piel Roja que todavía podemos vislumbrar en el presente. Los vehículos que transitan por la avenida primera que vienen del sur, y los que buscan la vía al mar, adornan la séptima imagen del puente homenajeado, con vehículos sobre su estructura, y con gentes que viene y van en menor proporción a lo que vivimos en la actualidad. Por último, la postal a ras de uno de los andenes del puente, muestra en su esplendor el Hotel Alférez Real, a su lado una de las esquinas del Teatro Jorge Isaacs, más las personas que permanecieron en la quietud del tiempo fotográfico. Sin lugar a dudas, Alberto Lenis Burckhardt supo explotar el Puente Ortiz como centro del cambio urbanístico de la ciudad, identificando la vieja ciudad rural y la nueva ciudad del Siglo XX desde sus diversos ángulos, aquellos que en al actualidad tienen otros fondos y características, con el lema hecho eco en otras oportunidades bajo la premisa que “ahora todos somos fotógrafos”.


Finalmente, luego de que se de una vuelta por las inmediaciones del CAM, le eche ojo al Café los Turcos, disfrute un buen chontaduro con sal y miel, atraviese el Paseo Bolívar, llegué al Puente Ortiz con la brisa a sus espaldas, y busque el parque de Caicedo, diríjase al Museo Colonial para que observé, instruya e informe, sobre uno de los espacios urbanos más importantes de la ciudad. Fácil, frente al Museo Arqueológico la Merced, en coordenadas vallunas llegará sin afán.

Bibliografía
Alberto Lenis B., Retrospectiva Fotográfica del Valle del Cauca, Talleres Gráficos de Carvajal S.A, Cali, 1.989.
Oscar Muñoz, Mauricio Prieto, Archivo Porcontacto, Laguna Libros, Bogotá, 2.009.
Folleto exposición, Cruzando el Río Memorias del Puente Ortiz, Alcaldía de Santiago de Cali, Secretaría de Cultura y Turismo, Museo de Arte Religioso, 2.011.

Imágenes del libro Retrospectiva Fotográfica del Valle del Cauca.



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