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Aproximación Historiográfica al Arte Colonial en Colombia –segunda parte-

Gabriel Giraldo Jaramillo en 1948, publicó La Pintura en Colombia, donde establece una clasificación histórica dividida en cuatro partes: La Época Colonial, La Era Republicana, Los Modernos y finalmente Los Contemporáneos. Su primera parte inicia con una contextualización del espacio colonial en Santafé y el Nuevo Reino de Granada que él titula el medio y el hombre.  Pero su reflexión del arte en la colonia inicia con los  precursores, el cual comprende obras tales como el Cristo de las Conquistas –estandarte traído por Gonzalo Jiménez de Quesada-, en la clasificación aparecen los pintores anónimos –los que no firmaron los lienzos-. En otra posición están aquellos “lienzos milagrosos” de pintores salidos de talleres mediocres, y que según el autor con el tiempo sus creaciones se tornaron importantes en la iconografía colonial, como ejemplo se reseña el cuadro de la Virgen del Rosario venerado en la ciudad de Chiquinquirá el 26 de diciembre de 1586. A propósito de los Maestros Primitivos, presenta a los pintores que aparecen documentados desde finales del siglo XVI hasta la aparición de Don Antonio Acero de la Cruz, caracterizado como el último de los artistas cuyas tendencias siguen siendo medioevales, pero que en su pintura muestra inequívocas señales del nuevo espíritu humanista, el cual hacía ya varios siglos soplaba con fuerza en Europa y en varias regiones de América, entrando con él al siglo XVII.

Presenta la vida de los Figueroas –Gaspar y Baltasar- padre e hijo, formadores de una generación de pintores y en palabras de su autoría “haber creado –con su obra- el camino para que transitara el más grande de los pintores que produjo la América Española: Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos”, quien merece, como en muchos de los textos sobre nuestro arte colonial, un mirada diferente, tal cual como ocurre en la investigación reseñada. Culminan las referencias al arte de la época colonial con la pintura del siglo XVIII y los pintores botánicos. Por la brevedad en que son abordados los diversos temas que hacen parte del cuerpo del libro, se convierte en un texto introductorio, y aunque se sustenta con una prosa fluida llena de datos que aportan a nuestro conocimiento, no nos entrega una base bibliográfica de fuentes, tan básica en el pasado –es decir cuando se publicó el libro- y presente para los abordajes intelectuales dedicados a las investigaciones que sobre la temática del arte se realizan (Giraldo, 1948, pp.11-101).
Otro libro a analizar sobre el tema, corresponde a Carlos Arbeláez Camacho y Francisco Gil Tovar, titulado El Arte Colonial en Colombia, quedando claro después de hacer lectura que los autores no simpatizaban con el término colonial, afirmaban que el vocablo adjudicado al periodo en territorio Colombiano y con mayor amplitud al Americano, era falso, consideraron que España no contemplaron sus vastos dominios de Ultramar como colonias, sino como reinos o provincias; por lo tanto traducen el Arte hispanoamericano para el ámbito continental y el arte neogranadino para el propiamente colombiano antiguo, manifestaron que éstos términos están más ajustados a la verdad histórica y a la necesidad de una crítica objetiva. Es un estudio dirigido al lector no especializado, los autores presentan elementos importantes de sus conferencias en el marco de un cursillo sobre arte neogranadino que tuvo lugar en la Pontifica Universidad Javeriana durante el año 1964, según se referencia en el prólogo, el objetivo de este texto es divulgar y exaltar los valores del patrimonio histórico-artístico mediante reflexiones sobre el arte durante el periodo colonial.

Los autores realizan una breve introducción histórica del periodo, donde establecen el principio de algunas fuerzas expresivas que anteceden arte colonial propiamente dicho, es decir, las diferentes expediciones enmarcadas en ambientes geográficos distintos, terreno cultural y artístico en diversos territorios de indias; en materia de enseñanza superior muestran la fundación de instituciones por parte de las misiones y ordenes religiosas. Presentan algunos esbozos característicos de la población en la sociedad colonial en relación con las aspiraciones y expresiones artísticas, el pueblo indígena, las familias poderosas españolas, la iglesia y todo el proceso de mestizaje que manifiesta la configuración del arte en el periodo colonial y virreinal colombiano, además la falta de voluntades artísticas, consideran que el arte no puede negarse en el periodo, pues era utilizado por la colonización española como un vehículo misionero y culturizante.

Igualmente, exponen al lector los diferentes modelos estilísticos sobre algunas obras producidas en Europa durante el renacimiento -el Manierismo y el Barroco-, que aspiraban una imitación del arquitecto, el pintor y el escultor colonial; indicando que el primer arte occidental llegado a América fue de temario religioso, el contenido y la estética de las obras de arte importadas mostraban una composición serena del arte renaciente, su idealizado naturalismo, su colorido frio con cierto imperio de grises y verdes…el sentimiento en el fondo e rezagadamente medieval y angustiado…la voluntad artística traicionaba las más de las veces la situación en el estilo, un arte para el culto religioso, puesto que el concilio de Trento consideraba que el arte debía estar al servicio de la doctrina, en ese sentido los artista se encontraban limitados a tener una formación estética comprensible a la regla, que implicaba un carácter netamente religioso. La pintura era la preferida por la iglesia, por lo tanto su predominio fue indiscutible, más que la escultura puesto que era menor la capacidad técnica en esta expresión de trabajo; finalmente, la visión de los autores esta cargada de crítica al sentido mismo de la transculturación por los españoles al mundo indígena, sin embargo señalan la importancia de dar a conocer el patrimonio artístico de todos los colombianos, bajo la reconstrucción histórica de los aportes manifiestos durante los siglos XVI, XVII, XVIII y principios del siglo XIX (Arbeláez, Gil, 1968).

Otros textos de importancia para un balance general del arte colonial son la Historia Extensa de Colombia, que dedica uno de sus tomos a la arquitectura colonial, texto que escribe Carlos Arbeláez Camacho. Igualmente el Manual de Historia de Colombia dedica en su primer tomo dos artículos al periodo colonial y su arte, en este caso los temas son la arquitectura colonial y las artes plásticas, en su orden escriben Alberto Corradine Angulo y Francisco Gil Tovar. Es particular que estos dos textos aparezcan nuevamente en la publicitada Nueva Historia de Colombia, tal cual como son publicados en su antecesora, lo que significa que sus editores no buscaron nuevos investigadores, por lo tanto los avances en la temática del arte en la colonia se denotan estancados en este trabajo editorial.

En Conclusión
En cada campo especifico de la Historia del Arte encontramos especialistas en algún tema, tal es el caso del arte colonial –pintura, escultura, arquitectura etc.- en Colombia. La aproximación historiográfica realizada, seguro dejó por fuera un sinnúmero de autores que han aportado análisis importantes sobre obras, artistas y espacios donde se vinculó este arte “primario” en nuestro país. Por lo anterior, es importante ahondar más sobre el tema, que seguro encontramos en diversas obras regadas en compilaciones, catálogos, memorias de eventos, revistas académicas nacionales e internacionales, y en nuestros museos como sitios básicos de encuentro con la obra y el artista.

Desde los pioneros investigadores, hasta los actuales estudiantes vinculados a la investigación histórica en nuestras universidades –enfocadas al arte del período colonial-, los aportes son importantes y de dedicada consistencia, que aúnan al conglomerado historiográfico, siendo un tema apasionante para algunos y aburrido para otros, pero que siempre encontrara dolientes, más si en un país como el nuestro, el influjo del arte colonial religioso fue fuerte y se regó por toda al geografía en templos, iglesias, basílicas, colecciones particulares y espacio museísticos.

Para finalizar, la belleza del arte visto y no visto, siempre tendrá un uso como documento histórico, donde podemos identificar elementos aportantes al periodo en que se realizó, y en el caso de las religiones: “Las imágenes desempeñan un papel primordial a la hora de producir la experiencia de lo sagrado. Expresan y forman (y por tanto también documentan) las distintas ideas de lo sobrenatural propias de las diferentes épocas y culturas: ideas de dioses y de demonios, de santos y pecadores, de cielos e infiernos” (Burke, 2005, p.59). Agregando que también las ideas de lo natural entran en las pinturas que nos dejaron para la posteridad, con un mundo y un espacio cerrado lleno de elementos adoctrinantes vinculados a la vida cotidiana grupal e individual.

Bibliografía
Arbeláez Camacho Carlos (1969), Notas Sobre el Arte Hispanoamericano, Publicación Colegio Máximo de las Academias de Colombia, Imprenta Patriótica Instituto Caro y Cuervo, Bogotá.
______ El Arte Colonial en Colombia, Ediciones Sol y Luna, Bogotá, 1968.
Burke Peter (2005), Visto y No visto, Crítica, Barcelona.

Corradine Alberto (1978), La Arquitectura Colonial, Manual de Historia de Colombia, V. I, Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá 1978.

Gil Tovar Francisco y Arbeláez Camacho Carlos (1968), El Arte Colonial en Colombia, Ediciones Sol y Luna, Bogotá.
______ (1978), Las Artes Plásticas Durante el Período Colonial, Manual de Historia de Colombia, V. I, Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá.

Giraldo Jaramillo Gabriel (1948), La Época Colonial, en La Pintura en Colombia, Fondo de Cultura Económica, México.
Pizano Roberto, Biografía de Gregorio Vásquez (1970), Tercera Edición, Editorial Minerva S.A, Bogotá, Colombia.

Otros textos
Historia extensa de Colombia, Vol. 35., Tomo 20 parte 2 Las Artes en Colombia, Academia Colombia de Historia, ediciones Lerner 1965-1986.,

Alberto Corradine, La Arquitectura Colonial, Manual de Historia de Colombia, V. I, Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá, 1978. Francisco Gil Tovar, Las Artes Plásticas Durante el Período Colonial, pp. 465-489.

Nueva Historia de Colombia, Tomo 1 Colombia Indígena, Conquista y Colonia, Editorial Planeta Colombia, Bogotá, 1989, pp.217-252.

Nota sobre el texto de Gil Tovar y Arbeláez Camacho
En el prólogo no se evidencia el nombre de quien lo escribió, seguido de una introducción general elaborada por uno de los autores –Gil Tovar–, posterior una introducción específica al tema Arquitectura donde se presentan VIII capítulos, ilustrados con imágenes que representan los aspectos contextualizados y bibliografía determinada; sobre las especificidades al tema Arquitectura se referencian los siguientes apartados: Capítulo I Factores Determinantes, Capítulo II Primeras Fundaciones En La Nueva Granada, Capítulo III Primeros Desarrollos En El Interior, Capítulo IV El Progreso Evangelizador y El Aporte De La Arquitectura, Capítulo V El Manierismo En La Nueva Granada, Capítulo VI El Barroco En La Arquitectura Neogranadina, Capítulo VII Arribo Del Neoclasicismo A La Nueva Granada, Capítulo VIII La Vivienda Neogranadina y La Arquitectura Militar. También abordan la Escultura en el Nuevo Reino de Granada, Pintura, Mobiliario y Orfebrería, los autores relacionan imágenes y bibliografía referida a los temas referenciados y al final relacionan la bibliografía generalizada al libro.

Fuente imagen
Coronación de la Virgen del Rosario. Angelino Medoro, Temple sobre madera, Siglo XVI. Museo de Arte Colonial
http://www.ciudadviva.gov.co/marzo08/









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