22.7.12

Quintín Lame, una entrevista en el centro del poder: El pensamiento del hombre en ciertos trances es un secreto que debe guardar muy bien en el corazón (El Espectador, julio 12 de 1924).


El 12 de julio de 1924 Quintín Lame se encuentra en la capital colombiana, oportunidad aprovechada por el periódico “El Espectador” con su periodista Mario Ibero para abordarlo sobre varios aspectos; es interesante anotar que el documento aparece en la primera página, lo que significa que su lectura estuvo en primera plana para los lectores. Quintín aparece en un registro fotográfico de cuerpo entero con traje, su cabello largo y expresión segura con sus manos cruzadas; el titular lo complementa un subtitulo divido en tres partes: A Qué Viene Quintín Lame a Bogotá, El Suplicio de la Raza Indígena, Una Constante Denegación de Justicia por Parte de las Autoridades de Huila.  La presentación anuncia que ha llegado a la capital por la proximidad del congreso, caciques azules, de otro color y hasta un cacique de verdad: Quintín Lame. El reportero se dirige al hotel pasajeros para abordarlo, reconociéndolo con las señas particulares que para nada son difíciles de olvidar, buscándolo directamente en su habitación para indagarlo:

Homenaje a Quintín Lame, Antonio Caro 1979. 

¿Desde cuándo se halla en Bogotá?   -Llegue el día 7 de los corrientes.

¿A qué ha venido? -Vine con el exclusivo objeto de defender ante el supremo gobierno todos los derechos comunales que tienen 197 pueblos indígenas, de que soy legítimo representante.

¿Desde cuándo es usted jefe de los indígenas? -Desde 1910, fecha en que me eligieron supremo jefe de los cabildos indígenas de Pitayó, Jambaló, Toribio, Puracé, Poblazón, Cajibío, Pandiguando y algunos otros.

¿Qué edad tiene usted? -Tengo 39 años, 7 meses, 25 días y 5 y media horas hasta este momento.

¿Donde nació? -Nací y fui criado en Lame, caserío de Tierradentro.

¿Es usted casado? -Soy viudo de Pioquinta León, compañera de tribu. De ella me quedaron dos hijos: hembra y macho.

¿Desde cuando trabaja por obtener las reivindicaciones indígenas? -Desde que tuve uso de razón, es decir..., desde que empecé usar pantalones.

¿Cuantas prisiones ha sufrido? -He sufrido 14 prisiones por haberme presentado al frente de las reclamaciones de los fueros de mi raza, conculcados por las autoridades quienes están “amangualadas” con los ricos...

¿En donde sufrió la última prisión? -En la cárcel del Guamo, de la cual salí apenas hace 35 días.

¿Por qué estuvo preso? -Porque ordené a la parcialidad indígena de Ortega que levantara una casa en Llanogrande, sitio que nosotros bautizamos con el nombre de San José de Indias. A la orden mía se opuso el señor Vidal Albis, quien nos insulto a los indígenas en los términos más soeces. A una alusión que hizo a mi madre, yo lo arroje al suelo bañado de sangre de un bofetón. Por esto me apresaron, después de que se me acusó de comandar una cuadrilla de malhechores...

¿Cuál es su religión? -La católica.
Y en política... -Hoy no tengo opiniones políticas, ningún indígena puede tenerlas ahora, la bandera ni es roja ni azul: es blanca, muy blanca, como debe ser la justicia y como es la paz... Mañana puede que nos hagamos a la sombra de alguna bandera que nos ampare...

¿Y anteriormente? -Unos eran liberales y otros conservadores y hasta había republicanos... Pero como desde hace 400 y más años nuestra raza va para abajo, resolvimos formar una comunidad aparte. Las ideas de los blancos no resultan... estamos muy desengañados.
Dígame algo sobre sus conferencias -En Ibagué dicté algunas hace poco días sobre las injusticias de que somos victimas.

¿Y resultaron? -El pueblo aplaudía, pero las autoridades siguieron mudas y sordas. Aquí pienso dictar una el 20 de julio, día de la patria de ustedes y de nosotros... de nosotros a pesar de todo!

¿Qué gestiones ha desarrollado en estos días? -Pedí una entrevista al señor presidente de la república, pero me contestó que por ahora no podía atenderme porque estaba escribiendo un mensaje al congreso, y queme entendiera con el señor ministro de gobierno.

¿Y éste si lo recibió? -Me puso una cita en el ministerio para el día 10, pero me dejó esperando...

¿Y qué piensa hacer? Hoy conferenciaré con el señor ministro de guerra. Estoy también citado...

¿Qué piensa solicitar? -Justicia y más justicia contra los atropellos de los alcaldes de Ortega, Chaparral y Coyaima, pues estos señores se han posesionado por la fuerza de nuestras sementeras y han echado sus ganados en ellas para que las destruyan. Dichos alcaldes han quitado a los indígenas hasta sus herramientas de trabajo.

¿Y si cree ser atendido? Hace cuatro siglos que esperamos ser atendidos, y a pesar de ello aún confiamos...

¿Y si no lo atienden?  Quintín Lame durante un largo rato medita y me responde bajando la voz: -“El pensamiento del hombre en ciertos trances es un secreto que debe guardar muy bien en el corazón”...

Cuénteme algo sobre las misiones católicas... -Hay muchas misiones que están contra los indígenas. Solamente se valen de nosotros cuando llegan las elecciones. A los indios que se resisten a votar por Cristo les dicen que si no lo hacen quedan excomulgados y que el diablo se los llevará para el infierno. ¿Aquí también hacen lo mismo?
Aquí también Lame -¿Y ustedes si creen en eso? Algunos, sí; otros... también. -Por allá en Tierradentro ya no le tenemos miedo al infierno, porque a ninguno de los indios que ha dejado de votar por Cristo se lo ha llevado el diablo...

¿De modo que las misiones no los defienden? -Los misioneros Lazaristas dicen que los indios tenemos que darles para sus gastos y para sostener a Dios. El 12 de noviembre de 1916 la misión citada ayudó a atacarnos. Uno de los padres guió a las compañías que nos perseguían y ordenaba que mataran indios, que esos no eran cristianos. El mismo padre hacia colgar de los árboles a los indios que caían prisioneros hasta hacerlos confesar en que sitio me encontraba yo. Esto sucedió en los pueblos de Inzá y Pedregal. Lo que acabo de decirle lo puedo comprobar con documentos.

¿Los misioneros Lazaristas son colombianos? -No señor; son españoles, chapetones puros... Por allá no hay más sacerdote colombiano que el padre Mosquera. Este logró atraer de nuevo a los indígenas, y los Lazaristas le hicieron una guerra terrible. Nosotros tuvimos que defenderlo contra ellos y contra el alcalde de Insú.

¿Su periodo de jefe cuánto tiempo dura? -Es de por vida. Yo he querido renunciar varias veces, pero los de mi raza no han querido aceptar mi renuncia.
Cuándo usted muera ¿quién lo sucederá? -Mi hijo Roberto, que tiene 6 años y a quien estoy educando para que siga mis pasos...

¿Con quién más piensa hablar? -Al próximo congreso presentaré varios memoriales. Mientras no me los resuelven, no me iré de aquí.

¿Cuántas veces ha venido a Bogotá? -He venido seis veces con ésta.

¿En las otras venidas obtuvo algo? -En la primera, me atendió el gobierno muy poco; en la segunda, poquito; en la tercera, lo mismo; en la cuarta, alguito...; en la quinta, la prensa intervino y me atendió el gobierno algo...; y ahora, hasta el presente alguito...
Y Quintín Lame se lleva las manos al pecho y se lo oprime, como si del corazón se le quisiera salir su “secreto”, mientras el señor con quien lo equivoqué al llegar, nos observa por entre el ojo de la cerradura...

Manuel Quintín Lame, detenido por el subcomisario Leonardo Ramírez, Popayán , junio 10 de 1916. Colección Diego Castrillón Arboleda. 
El documento periodístico indaga sobre aspectos personales de Quintín Lame, dando muestras de seguridad ante lo que cree, y lo que representa en la comunidad indígena que él dirige, llegando a 197 pueblos con sus cabildos. Y desde que tiene uso de razón, es defensor de los derechos indígenas, lo cual le ha valido muchas prisiones. Confirma que su religión es la católica. De la política, toma vocería por todos sus hermanos de raza al indicar que ninguno debe tener una bandera tradicional color azul o rojo, que la bandera que los identifica es blanca, de justicia y paz, dejando la posibilidad abierta a que más adelante se arropen bajo una bandera. Quintín quiere solicitar justicia por los atropellos sufridos de parte de los alcaldes de Ortega, Chaparral y Coyaima, quienes se han apropiado de las tierras cultivadas por los indígenas destruyéndolas por medio de sus ganados. La duda de ser atendido sigue intacta, ya que han sido muchos los desplantes, que llegan a cuatro siglos. Sobre las misiones Lazaristas, anuncia que solo los buscaban cuando se acercan las elecciones, denunciando claramente como la influencia católica quiere sumar a partir del discurso de la iglesia con la relación cielo e infierno, votos a cristo; recuerda Quintín un hecho desafortunado en contra de la población indígena realizada por estos dignos exponentes del clero español instalados en Colombia, casi que una inquisición versión siglo XX, atada al sistema político local, regional y nacional. Su período como jefe será de por vida porque así la comunidad lo quiere, y heredará en su hijo Roberto, el conocimiento para que siga luchando en pro de los derechos indígenas cuando este muera.

Las respuestas de Quintín son el fiel testimonio de su trasegar por las esferas de su lucha con el pueblo indígena, a través de sus diálogos intelectuales; de sus visitas a la institucionalidad para expresar lo que acontece en su entorno, y traer soluciones que posibilitaran una mejor convivencia; de la clara influencia que el catolicismo tenia sobre la sociedad colombiana en zonas como la rural, a través de pequeños señoríos fundamentados con el discurso de un aliado clave de institucionalización social, que para la época tenia demasiado poder.

Tomado del artículo
Yamid Galindo Cardona, Tierra y piel en el ser indio de Quintín Lame Chantre,  Revista Historia y espacio N. 31, Departamento de Historia, Universidad del Valle, p.139 - 168, 2008.

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