La
editorial francesa Flammarion publicó en 1975 una compilación de crónicas
cinematográficas escritas por André Bazin (1918-1958), reconocido crítico de
cine quien fundó con acierto y criterio -del orden establecido hasta ese
momento-, la revista Cahiers Du Cinéma,
publicación que sirvió como panorama de divulgación y reflexión certera a
partir de sus valores y leyes en función de lo observado en la obra fílmica,
con dimensiones especiales en ese razonamiento especifico denominado cine de autor. Precisamente, partiendo
de ese esquema unipersonal donde el crítico entra en el universo de algunos
cineastas, es que tenemos este libro en la versión española titulado “El Cine
de la Crueldad, de Buñuel a Hitchcock” con prólogo de François Truffaut,
publicado en 1977 por Ediciones Mensajero.
El
título de este libro viene de una frase de Bazin que encontramos como epígrafe
al inicio: “Si existe hoy un cine de la crueldad, Eric Von Stroheim es su
inventor”. Además del director austriaco, tenemos en el análisis a Carl Th.
Dreyer, Preston Sturges, Luis Buñuel, Alfred Hichcock, y Akira Kurosawa. Cada
director tiene una nota introductoria con las películas que hasta ese momento
habían rodado, algunos textos con las referencias directas al órgano de
divulgación, y otros simplemente con el año de publicación, desde Cine club, Abril 1949, hasta Cahiers du Cinéma, Marzo de 1957.
La nostálgica y personal reflexión de Truffaut empieza con una pequeña nota biográfica de su maestro:
…Bazin
me enseñó a escribir, corrigió mis primeros artículos en “Les Cahiers du
Cinéma”; progresivamente me llevó hasta la dirección. Cuando falleció, el día
11 de noviembre de 1958, yo había empezado, precisamente la víspera, el rodaje
de mi primera película, Los cuatrocientos
golpes. De esta primera película sólo llegó a leer el guión que
naturalmente le dediqué (p. 10).
A este
recuerdo agrega el director de la nueva
ola algunos datos en torno a la vida intelectual y de sus trabajos
inconclusos que póstumamente salieron, el caso de un libro sobre el cineasta
Jean Renoir, y su magna obra ¿Qué es el
Cine?, complementando:
…André
Bazin definió su vocación muy claramente cuando escribió: “La función del
crítico no es la de brindar una verdad que no existe sino de prolongar lo más
lejos posible, en la inteligencia y sensibilidad de los que lo leen, el impacto
de la obra de arte”. En “El Cine de la crueldad” he querido agrupar los textos
de Bazin acerca de seis cineastas que tienen como punto en común el haber
impuesto un estilo bien peculiar y un ángulo de visión subversivo. Cada uno de
ellos ejerció, o sigue ejerciendo, una influencia sobre el cine mundial, y
detrás de sus películas encontramos al moralista (P. 12).
Estamos
ante un libro escrito y compilado para cinéfilos, con mensajes que constituyen
discusiones inteligentes que ubican al lector ante un escenario especial de la
historia del cine, y en ella las obras y algunos de sus directores. Un
ejercicio que parece constante e instructivo: Ver, leer, y arriesgarse tal vez,
a escribir sobre estas cintas, que parecen pasadas de moda para algunos, pero
que representan ante el estudioso del cine un insumo sustantivo de retroalimentación
constante y trabajo académico.
El libro se ubica en las fuentes bibliográficas que podemos decir clásicas dentro de una estructura enfocada a la enseñanza del cine, sus géneros, directores, e historia. Sin lugar a dudas, suma para un conocimiento especializado y comparativo por el periodo en que fueron escritos los textos, con observaciones que seguro otro especialista del cine o de un director, podrá refutar. Siempre con la perspectiva de quien hace una valoración subjetiva y marcada por enfoques en casos particulares, los cuales pueden venir de diversos marcos teóricos, y en ellos, como ocurre en muchos casos, bajo estados de animo que hacen parte de ese viejo encuentro entre pantalla y sesudo observador.
Queda
esta breve reseña para que el sutil lector que mezcla su gusto por estos
directores, tenga un insumo más de conocimiento donde el texto, el cine, la
historia, y la crítica, son una sola.
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