Arte y cinefilia en los
años setenta
Katia
González Martínez
Tangrama
Ministerio
de Cultura
Colombia,
2014, 320 págs.
La autora es Maestra en Artes Plásticas de la Academia
Superior de Artes de Bogotá (ASAB), y Magister en Historia y Teoría del Arte, la
Arquitectura y la Ciudad de la Universidad Nacional de Colombia. Vinculada como
asesora de la Gerencia de Artes Plásticas y Visuales de la Alcaldía de Bogotá,
profesora de arte colombiano en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, y constante
gestora de diversos proyectos alusivos al arte colombiano y latinoamericano que
han tenido su divulgación en revistas de corte académico desde el campo investigativo
de su disciplina. El libro hace parte de la Beca de publicación artística del
Ministerio de Cultura en el año 2012, realizado por Tangrama y Katia González
Martínez
El prólogo realizado por el historiador Ramiro
Arbeláez, pone su acento en la acertada triangulación de las fuentes usadas
para la investigación, las cuales hacen parte de un momento especial para la
ciudad de Cali, y ante todo recientes con respecto a sus aportes y posibles
diferenciaciones a la hora de narrar un hecho dirigido al objeto de estudio;
por eso el agradecimiento del prologuista a la autora en relación al acertado
trabajo metodológico de constatar con otras fuentes la información obtenida
oralmente. Testigo directo del periodo estudiado, Arbeláez nos introduce rápidamente
a ciertos momentos de la historia cultural de la ciudad, abrebocas necesario que
sube el telón para trasladarnos en el tiempo, y el espacio del pasado setentero
de una ciudad abierta a las diversas manifestaciones del cultivo artístico
local con ribetes al ámbito nacional e internacional.
En sus primeras líneas introductoras, la autora
deja sustentado el origen de su pesquisa, la escogencia de los artistas que “pertenecen a una generación cuya mirada
fue testigo de la transformación urbana de Cali” (p. 16), y el planteamiento de
su tesis a partir del texto de Carmen María Jaramillo Fisuras del Arte Moderno en Colombia (2012), sobre las
coincidencias temáticas de cierta generación de artistas:
…
Pero, ¿por qué se dio esta coincidencia entre ámbitos artísticos tan diferentes
como la literatura, el dibujo, la fotografía y el documental?, ¿cómo surgió esa
mirada crítica que indagaba otras realidades sociales y culturales de la ciudad
que terminaría convirtiendo a Cali en motivo de investigaciones estéticas? Una
respuesta que planteo, como tesis de la investigación, es que un activador de
ese interés por la ciudad fue la cinefilia –una convergencia entre las tres
perspectivas que escogí para la investigación-, entendida no solo como la
afición o pasión desbordada por ver cine, sino en la actitud ávida de conocer y
que llevó a convertir esa afición en una escuela que contribuiría a formar un
ojo” (p. 16).
La apropiación del título de la cinta de
postguerra de Roberto Rosellini Roma
Ciudad Abierta -1945-, transformada al contexto local caleño, advierte de
entrada la intención de la autora de sobreponer la cultura fílmica de sus
fuentes en tres características ligadas a gustos particulares: el cine mexicano
de la Época de Oro; la exhibición cinematográfica del Cine club de Cali en comunión
con Ciudad Solar; por último, la teoría de
autor, insumo cineclubistico que servía de posicionamiento a través de las
obras –entre muchas- de la nueva ola francesa, Ingmar Bergman o Billy Wilder. Gran
panorama cinéfilo que demuestra las narrativas visuales observadas en espacios
urbanos como los teatros de barrio, sitios de encuentro vinculados a una
geografía cultural dentro del contexto de creación de los autores relacionados,
y activados con la creación intelectual.
El marco teórico de Katia González, “el terreno
de la investigación”, se sustenta en las tertulias sostenidas por la autora en
momentos donde el proyecto no existía, y la salida intelectual en su proceso de
formación e inquietud histórica en la maestría de la Universidad Nacional,
continuando el camino con nuevas fuentes bibliográficas, y criterios metodológicos
venidos de referencias relevantes a su parecer como los de la historiadora del
arte Karen Cordero Reiman, y los historiadores Carlo Ginzburg, y Aby Warburg,
modo particular de vincular sus aportes a las necesidades surgidas en el
rompecabezas de armar una década especialmente importante por su impacto
cultural, sumando referencias básicas que contextualizan el período desde las
artes en el país, y una interesante visualización de trabajos documentales del llamado
Grupo de Cali:
…El
periodo a estudiar está enmarcado por una serie de eventos que señalan el punto
de arranque del decenio, cuando en el mismo año 1971 se inauguraron el Cine
Club de Cali, Ciudad Solar, lo VI Juegos Panamericanos y la I Bienal de Artes
Gráficas de Cali. Y para cerrar la década, se lleva a cabo un evento que visto
en perspectiva recoge y simboliza la mirada sobre la ciudad: la exposición d “Ever
Astudillo dibujos, Fernell Franco fotografías y Oscar Muñoz dibujos”, realizada
en el Museo de Arte Moderno La Tertulia en 1979 (p. 18).
Cuatro rollos nos llevan por Cali, ciudad abierta, en medio del arte y cinefilia en los años setenta, y expuestos
por la autora así:
-Cali,
años sesenta: el inconformismo de la vanguardia: “El primer capitulo
indaga en la noción de vanguardia de la década del sesenta en la voz de los nadaístas,
hace un recuento de los eventos artísticos más significativos, y de su papel en
la circulación de aquellas ideas de vanguardia que me llevaron a poner de
relieve la importancia de una generación de artistas en Cali” (p. 23).
-Oiga vea:
un zoom out panamericano: “propone una descripción del documental para
relacionarlo con tres aspectos: la película Cali,
ciudad de América, los VI Juegos Panamericanos y el movimiento estudiantil
de 1971. El zoom out de una secuencia
cinematográfica crea una metáfora para buscar explicaciones sobre la realidad
local y la transformación de la ciudad de entonces” (p. 23). El complemento de
este capitulo es el aporte del cineasta Luis Ospina, quien posibilitó para los
lectores tener a disposición el documental Oiga
Vea -1972-, dirigida con Carlos Mayolo, y producida con Ciudad Solar en formato 16 mm, blanco y
negro y con 27 minutos de duración.
-Ciudad
Solar: la ciudad de “unos pocos buenos amigos”: “Se reconstruye la historia
de este espacio, epicentro de la formación cinéfila que logró reunir un grupo
de jóvenes alrededor de las artes plásticas y el cine; que primero estuvo ubicado
en el barrio la Merced y luego en El Peñón” (p.24).
-Ever
Astudillo: no es papagayo sino blanco y negro: “recorrido por la ciudad
marcado por seis dibujos que refieren cada uno a lugares específicos del sector
oriental de Cali. Un día nos reunimos con el artista y le propuse hacer un
recorrido por su ciudad; yo había escogido unos dibujos que conocí en su
exposición retrospectiva del 2006, y Astudillo definió una ruta para ubicar
esas seis obras que pertenecen al sector donde transcurrieron su infancia y
juventud” (p. 24).
El valor agregado de la información analizada, compilada,
y descrita por la autora, son los materiales visuales de diversas fuentes de archivos
que complementan la información en cada capítulo; excelente trabajo que se
convierte en un álbum de recortes de prensa, fotogramas, plegables, dibujos,
portadas de revistas, carteles, poemas, planos, fotografías, folletos, catálogos, cartas,
afiches, escrituras públicas, entre otros. Atractivo ejercicio el de observar y
leer esa información paralela que nos pone Katia, goce para los lectores en
consonancia a su objetivo de recrearnos un momento histórico especial en el que el arte en diversas manifestaciones,
se cruza en la vida cotidiana de la ciudad.
La novedad de Cali, ciudad abierta, es su relevancia para los estudios de las
manifestaciones artísticas, y su historia en el entramado social de la capital
vallecaucana durante un periodo en particular. Aporta a la historiografía del
arte colombiano, y sigue llenando el panorama de un periodo atractivo para
muchos por su impacto colectivo e individual en el sentir de crear, entregar e
integrar una idea generacional con visos representativos que notamos en el
presente.
Nota
Para los interesados, el lanzamiento del libro se realizará el próximo jueves
8 de mayo en la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Hora: 5 pm. Salón:
José Eustasio Rivera. Conversatorio de la autora con Sandro Romero Rey.
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