28.11.08

Un poco de inspiración…, no arrebatada


Por: Yamid Galindo Cardona

Hace unos años atrás decidí que la mejor forma de desahogarme ante ciertas situaciones de mi vida cotidiana era escribiendo poemitas, costumbre que se quedó, y que hago para distraerme, en algunos días fluye la creatividad, en otros la hoja en blanco se queda en blanco. Inclusive una vez el médico de cabecera, que es bien familiar, insistió sobre la necesidad de que yo escribiera lo que sucedía con mis dedos y esa dolorosa forma de somatizar, ya que unas bombitas de agua salían, estallaban, picaban, y se laceraban, hasta el punto de mi invalidez para poder utilizar mis manos. La última vez traumática sucedió en el año 2006, ante la mala idea de la directora del Museo la Tertulia de dejarnos sin “prima salarial”, el no pago de la seguridad social, y mi dura pelea con ella a través de mis cartas sinceras, además del proceso de entrega de mi tesis con los tira y aflojes que eso conllevaba, tuve una crisis que se fue directo a mis manos, soportando un mes de tremendos dolores que pude aliviar con medicamentos homeopáticos que como siempre, agravan la situación para luego mejorarla. Brevemente, después de mi recuperación, fui al papel y saque esta pequeña inspiración…., no arrebatada:

Dedos lacerados

¡Ahí están!
Soportando el dolor.
Cada uno representa desde el corazón,
en vía al pulgar,
un hecho particular,
llevado al stress.

Los días pasan,
evolucionan como volcán.
La homeopatía abre piel, brota vino,
cierra y recupera.

Los observo,
me tranquilizo.
Soy el mejor diagnostico.
Causa y solución del hecho.

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Ante el cambio suscitado en la forma de observar a los pacientes por parte de mi hermano médico, decidí otorgarle unas líneas a su valiosa ayuda que directamente ha ido a otros seres humanos muy especiales en mi vida, su cambio, nos sirvió para entender la forma de llevar la enfermedad y asumirla de otra forma, algo que beneficiosamente hemos comprobado; presento el decimo poema de algo que se denomina Líneas de lo Complejo:

X
-a Bernardo, médico y homeopata familiar-

Cambiando la alopatía,
por la homeopatía, sucedió algo.

El conocimiento se transformó,
los diagnósticos se ampliaron,
las consultas se alargaron,
muchos sanados.

La vida tomo otro rumbo,
la práctica fortaleció el espíritu,
introdujo nuevos factores,
atrajo nuevos actores.

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Otro momento va directamente relacionado con una canción infantil, recuerdan esa que dice que al viejo hospital de los muñecos llegó el pobre pinocho malherido, por causa de un cruel espantapájaros bandido que lo atacó, y que llegó con su nariz hecha pedazos etc., y al final le hacen una operación de corazón y le colocan uno de fantasía; pues yo me imagine la historia un poco al revés, hasta el punto que podría considerarlo para mayores de 10 años, eso que dicen para no matar la inocencia infantil, digno de ser llevado al cortometraje por una mente torcida como la de Tim Burton con sus ejemplos de Vincent, Frankenweenie o La Melancólica Muerte de chico Ostra:

Pinocho muerto

Pinocho no llego vivo
al viejo hospital de los muñecos.

Lo están velando,
sobresale en él una sabana blanca,
y estirada al aire.

Es su nariz…,
quedó intacta.

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Asumiendo antes de tiempo la vejes, me puse en posición de muchas personas cuando llegan a los ochenta años, realizando una retrospectiva de esa vida, lo que resulto fueron pequeños escenarios cotidianos que de seguro, a más de uno, nos tocará vivir. Respetando de antemano esa tercera edad que en nuestros países latinoamericanos es dejada a un lado y poco interés se le da, distinto a los países orientales:

Hombre al final de su vida

El hombre dijo a los 81 años:
¡existo, más soy mortal!
Comenzó en forma retrospectiva,
a examinar sus últimos veinte años:

Consiguió un amigo inseparable, el médico.
Decidió ser atleta, sin éxito.
Quedo un espacio deshabitado en su cama.
Le llegaron nietos.
Se enamoro tres veces, de tres desconocidas.
Asistió al entierro de cinco amigos.
Leyó veinte cuatro libros.
Vio repetir al mismo presidente tres periodos.
Sintió la economía crecer y el sueldo decrecer.
Su equipo de fútbol fue campeón en la A, y luego bajo a la B.
Viajo al mar dos veces.
Vio la nieve una vez.
Comió dulces a escondidas, perdió la cuenta.
Hizo colas deprimidas, de pensión asumida.

El hombre dijo a los 82 años antes de morir:
¡existo, más soy mortal!
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En una casa del barrio San Antonio de Cali ubicada en vía a la calle 10, entrada a la colina donde otrora se reunía un grupo que se llamaba el Corrillo del Gato Negro; soporté una pequeña experiencia que uno nunca espera a las siete de la mañana tener, un gato cae del cielo a la ventana del cuarto con su connotados ruidos de desespero y angustia ante el golpe llevado y la posibilidad de seguir cayendo, en mi susto opte por salir a buscar ayuda al cuarto del frente para socorrer al pequeño felino, que para rematar era negro, y así acabar mi levantada que se anticipo unas horas:

Gato caído en la ventana
-a Juancho-

Sucedió en la mañana,
el ruido espanto el sueño,
y el maullar trajo el encuentro.

Cinco metros lo separaban del suelo,
asustado no encontraba salida,
pero buscaba su huida.

Los pelos de sus bigotes,
salieron de su linealidad,
cambiaron su imagen,
y lo pusieron en fealdad.

No hubo salida ante el impacto,
perplejo quedó el hombre,
y el miedo angustió su mañana.

La salida se torno discreta,
tocó la puerta a buscar respuesta,
el auxilió llegó pronto,
atrapándolo del lomo.

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Siempre he creído que los zoológicos, de lógicos, no tienen nada. Aunque es una forma de preservar algunos animales que están en vía de extinción; cumpliendo su función –no todos- de preservar estas especies por medio de su reproducción en cautiverio para poder luego reintegrarlos a sus habitas naturales; pero hay otros que se dedican solamente a su explotación por medio de su exhibición como cualquier pieza de museo. Sin más preámbulos, va la última presentación, ya que bastante he dado ante esta loca idea de mostrarles parte de algo escondido, un abrazo a tod@s:

Zoo-ilógico

Detrás de cada barrote, los animales abrazan su tristeza.
En el trasegar de sus días, incrementan su pesadez
bajo el espacio cerrado de sus movimientos vigilados.

Tras el espectáculo diario entregado en su jaula,
los visitantes con niños, jóvenes y adultos,
observan la distante tragedia que cada animal
trasmite con su ida y venida.
¡Un circo legal con visos de humanidad!

Cada animal llegó por un hecho diferente:
víctima de un domador, confiscado en una predio de recreo,
intercambiado con otro zoo-ilógico, o el más natural de todos,
nacido en cautiverio.

Zoo-ilógicamente está reunido
león y cebra, hiena y gacela,
tigre y canguro, águila y guacamaya,
cocodrilo y lechuza, oso y salmón,
tiburón y ratón, serpiente y piraña.

Triste casa hábitat que cambio
la libertad de campo y mar abierto,
por cemento y alimento puesto.
Pero siga, “véalos en su estado natural”,
naturalmente aburridos.

20.11.08

Una historia “para” contar o la violencia que nos toca

¡A los muertos que sentí
y sobrevivientes que toque,
en el conflicto colombiano!

Por: Yamid Galindo Cardona

De un momento a otro comenzaron a llegar familias de campesinos desplazados al centro urbano de Buga, quienes fueron ubicados en uno de sus coliseos deportivos, una forma de gueto que de seguro angustiaba más su situación social. En los inicios de mi carrera profesional de historiador en la universidad, y ante las expectativas sobre que investigar, quise acercarme a esta población afectada y realizar un trabajo con fuentes orales, proyecto que quedo ahí, ante los consejos de algunos compañeros que me hicieron caer en cuenta de lo riesgoso de la situación, más si para el caso personal, yo era oriundo del sitio de albergue. Comenzaba un nuevo milenio y la situación política con el truncado proceso de paz del presidente de turno, en la llamada “zona de distención” de San Vicente del Caguan en el departamento del Caquetá venía en caída libre, con una característica especial de fortalecimiento del conflicto en los tres frentes de actuación, primero, la guerrilla de la FARC ganando territorio y haciéndose fuerte con sus prácticas ante la facilidad otorgada por el proceso que se gestaba y en el cual actuaban pasivamente; segundo, el Ejercito Nacional con su alta inversión presupuestal venida del llamado “Plan Colombia”, ayuda de los gringos para acabar supuestamente con la producción de narcóticos pero que indirectamente era y es utilizada en el conflicto interno; tercero, la derecha política colombiana ganando adeptos de todos los calibres, y parte de ella gestionando grupos Paramilitares en zonas donde la guerrilla era fuerte para incrementar una vez más el conflicto, un resurgir que podríamos denominar tercera violencia, y que una persona como mi papá volvía a vivir en directo.

Nuestra violencia ha traído contradicciones fuertemente marcadas que el espacio de escritura se queda corto para analizarlas, siendo importante resaltar que existen un sinnúmero de investigaciones sobre la temática, iniciando con el trabajo clásico de Orlando Fals Borda, Germán Guzmán Campos y Eduardo Umaña Luna titulado La Violencia en Colombia, pasando por el auge vivido en los ochentas que tildo a estos académicos como “violentologos”, hasta el último trabajo trascendental realizado por el Grupo Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación titulado Trujillo: Una Tragedia que no Cesa, pesquisa coordinada por el historiador Gonzalo Sánchez que durante seis meses recolecto testimonios de los familiares de las 342 personas asesinadas entre 1986 y 1994 en Trujillo, población del centro del Valle del Cauca. Sumado a estos trabajos académicos los colombianos a través de la literatura, las artes platicas, el teatro, la música, la fotografía y el cine, han dejado testimonio de la barbarie, aquella que no cesa y parece aumentar con las últimas noticias venidas de los falsos positivos donde la fuerza pública ha asesinado ciudadanos haciéndolos pasar como caídos en combate, pero claro está, esa noticia ya hace parte del olvido, porque la de hoy, la pone en segundo plano.

En la década del noventa del siglo XX, un escritor decidió entrar en la sucia carrera política colombiana, se trataba de Gustavo Álvarez Gardeazabal quien fue elegido primero alcalde de Tulua, y posteriormente gobernador de su departamento. Tulua, es su ciudad natal y espacio representativo de su obra cumbre Cóndores no Entierran Todos los Días, historia que precisamente retrata el periodo de la violencia partidista bajo la personalidad de un “pájaro” camandulero de alias “El Cóndor” y llamado León María Lozano, personaje que fuera llevado a la pantalla por el cineasta Francisco Norden con la actuación magistral de Frank Ramírez en el año 1983. Recuerdo del escritor político tres situaciones particulares, su franca oposición a la medida de otro presidente de turno que a partir de la baja reserva de agua por motivos del llamado “Fenómeno del Niño” y la disminución de energía hidroeléctrica, quiso contrarrestar la situación con una serie de apagones programados entre el año 1992-1993, adelantando en una hora, la hora oficial colombiana coincidiendo con el huso horario venezolano, la llamada “hora Gaviria” nos puso a madrugar, algo que se sostuvo solo un año debido a la gran oposición de muchos sectores que obligaron al mandatario a recomponer su medida, y a la asidua critica de Gardeazabal que por ningún motivo impuso la medida en su terruño, es decir, Tulua se convirtió en un espacio donde si usted salía, cambiaba su hora;[1] la segunda situación puso nuevamente en contravía a Gardeazabal con el gobierno nacional, esta vez se trataba de la construcción de una escuelita en Ladrilleros –zona de Buenaventura- por parte de soldados norteamericanos, tan buenas intenciones no son creíbles,[2] y el sagaz gobernador se opuso rotundamente hasta lograr su retiro; la tercera situación atañe al objetivo del escrito, en su posición de analista y visionario social y político, Gardeazabal en muchas de sus intervenciones televisivas y radiales se pronunciaba sobre la lamentable situación que vivía el país con las masacres perpetuadas por los paramilitares en zonas tan especiales como el Uraba antioqueño, y ponía el dedo en la llaga advirtiendo que esa situación a más tardar nos tocaría de lleno en las diversas zonas rurales del valle del río cauca, pues así fue.

Llegaron los paramilitares y se instalaron como bloque Calima de las AUC –Autodefensas Unidas de Colombia-, desplazando a gente humilde cuyo único sostenimiento era su trabajo dirigido a la tierra –en pocas hectáreas-, aquella que muchos tienen en cantidades ubérrimas, instalándose en muchas poblaciones que los albergaron. Buga no fue la excepción, ya que su zona montañosa tiene un número alto de veredas y se ubica estratégicamente como paso al departamento del Tolima, zona históricamente dominada por los grupos guerrilleros y que paso a convertirse en espacio de ida y venida con los paramilitares, donde el mayor perjudicado fue la población civil con un modus operandi que utilizó y utiliza los grupos de llamada autodefensa, llegando a sitios donde han pasado los guerrilleros y actuar allí a través de la intimidación con ejecuciones individuales o grupales, el caso más reconocido del sector fue el ocurrido en el año 2001 y que a continuación presento:

[…] Ese día, hacia las 10 de la mañana, un grupo de entre 20 y 30 miembros del denominado Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) partió de algún cercano a la vereda Buenos Aires con la intención de matar a sangre fría. Vestidos con uniformes camuflados, con los rostros cubiertos por pasamontañas y armados y armados hasta los dientes, los hombres de las AUC iniciaron una travesía de seis horas por la zona rural de Buga. Más o menos hacia las 3 de la tarde llegaron al corregimiento de La Magdalena, ubicado a unos 15 kilómetros del casco urbano del municipio, y se llevaron a ocho personas. La mayoría eran comerciantes y tenderos, a quienes les dijeron que tenían que ayudar a levantar un carro de las autodefensas que se había volteado en la vía. En un cruce de vías cercano, los mataron a todos.
Los hombres armados se dirigieron luego hacia la vereda Alaska, a unos 500 metros de donde habían dejado a sus primeras víctimas. Allí reunieron a un grupo de campesinos frente a la parroquia con el pretexto de leerles un comunicado. Les dijeron a los niños que se perdieran, que se fueran para una finca y no salieran. A las mujeres las encerraron en la sede de Aproplan, una microempresa comunitaria donde las campesinas elaboran champúes y pomadas con plantas medicinales. Afuera del salón los verdugos seleccionaron a 14 hombres de los presentes, algunos de ellos habían sido traídos de sus parcelas los alinearon frente a la caseta comunal y les dispararon ráfagas de fusil hasta que no quedó uno solo de pie. Los que no murieron de inmediato fueron rematados con tiros de gracia en la cabeza.
Media hora más tarde los asesinos entraron en la vereda Tres Esquinas, aun kilometro de distancia, donde al parecer asesinaron a otras personas. A continuación se dirigieron a otra área de la vereda La Habana. Allí detuvieron una chiva, en la que viajaban unos 45 pasajeros, hicieron bajar a los hombres, los obligaron a correr y les dispararon ráfagas de fusil por la espalda. A las 4 de la tarde los agresores terminaron su siniestra ronda y desaparecieron. A la morgue de Buga llegaron en total 24 cadáveres, entre los que se encontraban menores de edad y ancianos. Sin embargo, hasta el viernes pasado, una comisión del Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) estaba buscando por lo menos seis cadáveres en otras partes de la zona rural, en los límites con el municipio de San Pedro.
[3]

La vereda donde esta la finca de mi papá se encuentra precisamente en los límites con el municipio de San Pedro, corredor escogido por las AUC para su accionar, sitio donde se presentaron algunos acontecimientos que prácticamente colocaron en la zozobra diaria a los habitantes campesinos de La María, La Primavera, Guaqueros y Los Medios, cuatro veredas que tuvieron como visitantes y vecinos a este grupo paramilitar. Conocedores de la zona, prácticamente realizaron un censo de cada uno de sus habitantes, sabían cuantos bajaban al pueblo y cuantos subían - podría decirse que sistematizaron a la población, por lo que era aconsejable no visitar esos lados, ya que de seguro ibas a ser motivo de registro y duda ante sus ojos-, si eran los mismos o eran nuevas caras; inclusive uno que otro “paraco” se colocaba su ropa de civil y agraciado bajaba en la chiva, un vehículo que en su trayecto dejaba la alegría del campesino por el silencio sepulcral ante tamaño acompañante, pero algo particular sucedía, en el trayecto siempre –por ser la única vía- se iba y venia pasando frente al batallón palacé, así que extrañamente lo que sucedía a pocos kilómetros de este espacio militar en cuanto a violaciones de derechos humanos, pasaba desapercibido.

Ante la nueva situación que se vivía, una especie de secuestro in-voluntario -palabras dichas por don Bernardo un día de conversación dominguera-, muchos vecinos decidieron dejar sus parcelas abandonadas temerosos de un acontecimiento como el vivido en La Habana y sus sitios aledaños, craso error que aprovecharon los “nuevos pájaros del milenio” para habitar esos espacios y dejarlos no muy bien a la hora de su retiro, en particular una casa que tenia línea telefónica, donde el recibo de pago sobrepaso la tasa mensual de dicha familia cuando decidieron regresar, tal vez la mayoría de llamadas fueron hechas al departamento de Antioquia o la costa norte, sitios de donde al parecer eran oriundos la mayoría de individuos, al decir por el acento y los comentarios de quienes tuvieron la oportunidad de encontrárselos.

En este espacio enviolentado[4] pasaron dos situaciones familiares que hoy son anecdóticas, la primera corresponde a la mala idea que tuvo mi hermano de ir en un vehículo a la finca, su acompañante un sobrino, resulta que próximos a llegar a su destino fueron detenidos en un retén de los paramilitares, quienes armados hasta no más poder decidieron preguntar todo lo que se les ocurrió, más de media hora cotejaron informaciones y entendieron cual era el motivo de la visita, no sin antes registrarlos en sus bases de datos y mirar con cierta ganas aquella camioneta que a juzgar por su modelo, se les antojaba bastante amplia para transportarse; conociéndolos como los conozco, sé que el miedo tuvo que ser fuerte, la situación espantosa, y la fortaleza admirable, pero el riesgo corrido pudo evitarse ante lo que se vivía en el momento y los altibajos que un grupo como estos sostienen en el día a día con su accionar, algo que seguro no repetirían si lo pudieran hacer. La segunda situación involucra a otro hermano, la preocupación de mi papá y la angustia del nómada amigo apodado Lucio, como si no fuera poco la visita de aquellos violentos, se sumo la desgracia por efecto de una avalancha que destruyo la carretera, daño que duro bastantes meses antes de ser solucionado, mejor dicho, se fueron primero los “paracos” y la administración municipal con su secretaría de obras públicas no había remediado el problema, este daño de la naturaleza colocaba a los campesinos en situación desventajosa para sacar sus productos a la ciudad, lo que implicaba un gasto extra; para el caso de la finca, el trayecto era largo teniendo en cuenta su posición geográfica en la zona, por lo tanto la yegua de nombre “Leonela” sumaba un esfuerzo físico más con la carga de bananos a lado y lado de su lomo para llegar a su destino, que era un puente acondicionado por los labriegos de la zona para pasar el barranco formado y así ubicar la carga en la chiva respectiva, en una de esas acciones que normalmente se realizaba los viernes en la tarde, a su regreso mi hermano fue abordado por los paramilitares, le indicaron que necesitaban la yegua para un trabajo que significaba un esfuerzo mayor que hombre alguno no podía realizar, así que opto por seguirlos hasta un espacio cercano donde aquellos señores tenían a disposición una res para su sacrificio, animal donado por un ganadero en “agradecimiento por la excelente labor realizada en la región”, como si no fuera poco prestar a “Leonela”, a mi agraciado hermano le correspondió hacerse a cuchillos para cortar la piel del trofeo otorgado y remover vísceras, cortar músculos, y sacar las mejores partes para su consumo, además le correspondía trasportar parte del festín a otro punto de reunión paramilitar, algo así como proveer provisiones de proteína animal por encargo directo y obligado; resulta que desde la finca, a mi hermano se le esperaba desde las 6 pm y no llegó sino hasta pasadas las 10 pm, tiempo en el cual la angustia de Lucio sobrepasaba los límites ante su comprensible miedo hacia los paramilitares, y el pensar que lo peor le había sucedido, angustia que fue pasando a la cabeza de mi papá, más cuando ve llegando la yegua y con ella un hombre completamente ensangrentado de pies a cabeza, la escena no puede ser más terrorífica, algo que se soluciono con el dialogo de lo sucedido y la felicidad de saber que esa sangre correspondía a una res y no a las heridas de su hijo.

Hasta el momento no se ha resuelto la situación vivida con respeto a la incursión de los paramilitares en nuestra región, la impunidad sobresale por lo alto, quedan fosas que descubrir, militares y políticos que enjuiciar, responsabilidades que admitir, aquellas que lejanamente se ven con acciones como la extradición de la cúpula de las AUC por parte del gobierno, lavándose las manos y dejando en la jurisprudencia de un país extranjero la decisión que pudo asumir aquí, así se justifique constantemente ante la determinación tomada, y aquellos personajes oscuros comiencen a testificar desde los Estados Unidos sus delitos cometidos ante la mirada absorta de sus víctimas, aquellas que bajo una ley quedaran no muy protegidas y remuneradas por el estado. Nuestro gran territorio necesita hechos de paz ligados con inversión social, una eficaz reforma agraria, mejor y mayor inversión a la educación y menor inversión a la guerra, negocio redondo de los capitalistas locales que se postulan como presidenciales y ejercen cargos públicos, y nuestro aliado del norte que no desaprovecha la oportunidad estratégica de tenernos bajo su manto de estrellas; el conflicto sigue, pero tranquilos, el sofisma del embrujo con alta popularidad continua.

[1]En esta circunstancia social y política debido al apagón, nace un programa radial llamado “La Luciérnaga” mezcla de ficción y realidad que retrata la actualidad nacional y mundial, que al día de hoy sigue programado en las tardes de lunes a viernes –caracol radio 4 pm-, y que paradójicamente tiene entre sus participantes a Gustavo Álvarez Gardeazabal.
[2]Es obvio que las fuerzas norteamericanas en nuestro territorio no se fueron con esta acción audaz del gobernador, de antemano ya existían en el país bases militares donde ellos han estado y están instalados –rural y urbanamente-, con todo el salvo conducto que su país les otorga al no ser juzgados en un país ajeno al suyo en caso de cometer algún delito, ejemplo de lo anterior son las violaciones a dos mujeres en la población de Tolemaida –la sede de instrucción militar más importante de Colombia- en el departamento del Tolima, por parte de soldados gringos, algo que se quedo en la impunidad, así las pruebas hayan sido contundentes.
[3]Masacre de Buga, octubre de 2001. Ver el informe completo en: http://www.verdadabierta.com/web3/nunca-mas/desplazados/40-masacres/423-masacre-de-buga-valle-del-cauca-octubre-de-2001-
[4] La expresión hace parte de un articulo de Alfredo Molano, quien nos anuncia que Colombia no es un país violento sino enviolentado, ¿por quién?, esa es una pregunta amplia que nos llevaría desde el actual periodo, pasando por el narcoterrorismo, Turbay Ayala, el Frente Nacional, el Bogotazo, la Guerra de los Mil Días, las guerras civiles del siglo XIX, la Independencia, la Colonia y posiblemente la llamada conquista de América, cada uno dará sus razones, ¡entre y escoja!.

8.11.08

Las Mejores Películas del American Film Istitute -AFI’s 10 Top 10, 2008-

A Eugenio Jaramillo,
para que la siga pasando de película.


Por: Yamid Galindo Cardona

Sírvase a degustar un listado cinematográfico, seguro usted ya ha visto más de una de estas películas, tal vez tenga una copia en original o pirata de fácil acceso en este mundo globalizado. Cine que extrañamente es vendido en cualquier calle de nuestras capitales colombianas bajo el sello de “cine arte” un “nuevo género” que se me antoja a popularizado más el cine, claro está que de la mano tecnológica de los reproductores del formato DVD en todas sus extensiones, posibilitando que muchas de las películas que la historia del cine ha entregado, y que un grupo reducido de personas solo tenia acceso a ellas, ahora puedan observarse sin ningún problema económico, ya que la capacidad de adquisición ha aumentado en este orden, así que los coleccionistas reducidos que tenían su archivo fílmico celosamente guardado, ahora pertenecen a millones de personas que tienen en su casa seguramente alguna copia de la película que ni siquiera se ha estrenado, o joyas que antes difícilmente se conseguían. Al revisar su listado de cintas y compararlo con el que a continuación voy a presentar, usted quedara con el antojo de organizar su cinemateca, y sentirse orgulloso –cuando sea el momento- al decir que tiene el top 10 del American Film Institute.

Los gringos acostumbrados a elaborar listados de toda índole no podían dejar a un lado el cine, claro está, con una mejor organización que data del año 1967 en el momento que el presidente Lyndon B. Johnson firmó el tratado llamado National Foundation on the Arts and the Humanities Act. En este tratado quedo instaurado el American Film Istitute, trabajando en tres frentes reconocidos en la actualidad: primero, por elaborar desde el año 1998 un listado de las mejores películas realizadas desde que apareció el cinematógrafo; segundo, por los premios honoríficos que entrega a los personajes más destacados del celuloide estadounidense; tercero, al preservar algunas películas antiguas que se encuentren en riesgo de perderse por su alto grado de descomposición en el soporte fotográfico. Sin más preámbulos, se presenta el top 10 de igual número de géneros:

Animación
1-Blancanieves y los Siete Enanos, de David Hand, 1938.
2-Pinocho, de Ben Sharpsteen, Hamilton Luske, 1940.
3-Bambi, de David Hand, Perce Pearce, 1942.
4-El Rey León, de Roger Allers, Rob Minkoff, 1994.
5-Fantasía, de Joe Gant, Dick Huemer, 1942.
6-Toy Story, de John Lasseter, 1995.
7-La Bella y la Bestia, de Kirk Wise, Gary Trousdale, 1991.
8-Shrek, de Andrew Adamson, Vicky Jenson, 2001.
9-Cenicienta, de Wilfred Jackson, Hamilton Luske, 1950.
10- Buscando a Nemo, de Andrew Stanton, Lee Unkrich, 2003.

Comedia Romántica
1-Luces de la Ciudad, de Charles Chaplin, 1931.
2-Annie Hall, de Woody Allen, 1977.
3-Sucedio una Noche, de Frank Capra, 1934.
4-La Princesa que Quería Vivir, de William Wyler, 1953.
5-Hsitorias de Filadelfia, de George Cukor, 1941.
6-Harry y Sally, Rob Reiner, 1989.
7-La Costilla de Adán, de George Cukor, 1949.
8-Hechizo de Luna, de Norman Jewison, 1987.
9-Enseñame a Vivir, de Hal Ashby, 1971.
10-Sintonia de Amor, de Nora Ephron, 1993.

Western
1-Centauros del Desierto, de John Ford, 1956.
2-Solo Ante el Peligro, de Fred Zinnemann, 1952.
3-Shane, de George Stevens, 1953.
4-Los Imperdonables, de Clint Eastwood, 1992.
5-Red River, de Howard, Hawsk, 1948.
6-La Pandilla Salvalaje, de Sam Peckinpah, 1969.
7-Butch Cassidy and The Sundance Kid, 1969.
8-MacCabe and Mrs. Miller, de Robert Altman, 1971.
9-La Diligencia, de John Ford, 1939.
10-Cat Ballou, de Elliot Silverstein, 1965.

Deportes
1-Toro Salvaje, de Martín Scorsese, 1980.
2-Rocky, de John G. Alvidsen, 1977.
3-Orgullo de los Yanquis, de Sam Wood, 1943.
4-Hoosiers, de David Anspaugh, 1986.
5-Bull Durham, de Ron Shelton, 1988.
6-El Audaz, de Robert Rossen, 1961.
7-Caddyshack, de Harold Ramis, 1980.
8-Breaking Away, de Peter Yates, 1979.
9-National Velvet, de Clarense Brown, 1945.
10-Jerry Maguire, de Cameron Crowe, 1996.

Misterio
1-Vertigo, de Alfred Hitchcock, 1958.
2-Chinatown, de Román Polanski, 1974.
3-La Ventana Indiscreta, de Alfred Hitchcock, 1954.
4-Laura, de Otto Preminger, 1944.
5-Tercer Hombre, de Carol Reed, 1950.
6-El Halcón Maltes, de John Huston, 1941.
7-Intriga Internacional, de Alfred Hitchcock, 1959.
8-Terciopelo Azul, de David Lynch, 1986.
9-La Llamada Fatal, de Alfred Hitchcock, 1954.
10-Los Sospechosos de Siempre, de Bryan Singer, 1995.

Fantasía
1-EL Mago de Hoz, de Víctor Fleming, 1939.
2-El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, de Peter Jackson, 2001.
3-¡Que Bello es Vivir!, de Frank Capra, 1947.
4-King Kong, de Merian C. Cooper, 1933.
5-Milagro en la Calle 34, de George Seaton, 1947.
6-Campo de Sueños, de Phil Alden Robinson, 1989.
7-Harvey, de Henry Koster, 1950.
8-Groundhog Day, de Harold Ramis, 1993.
9-El Ladrón de Bagdad, de Raoul Walsh, 1924.
10-Quisiera ser Grande, de Penny Marshall, 1988.}

Ciencia Ficción
1-2001: Odisea del Espacio, de Stanley Kubrick, 1968
2-Guerra de las Galaxias, de Georges Lucas, 1977.
3-E.T, de Steven Spielberg, 1982.
4-La Naranja Mecánica, de Stanley Kubrick, 1971.
5-The Day The Eearth Stood Still, de Robert Wise, 1951.
6-Blade Runner, de Ridley Scott, 1982.
7-Alien, de Ridley Scott, 1979.
8-Terminator 2, de James Cameron, 1991.
9-Invasion of the Body Snatchers, de Don Siegel, 1956.
10-Volver al Futuro, de Robert Zemeckis, 1985.

Gangster
1-El Padrino, de Francis Ford Coppola, 1972.
2-Goodfellas, de Martín Scorsese, 1990.
3-El Padrino 2, de Francis Ford Coppola, 1974.
4-White Heat, de Raoul Walsh, 1949.
5-Bonnie and Clide, de Arthur Penn, 1967.
6-Scarface, de Howard Hawks, 1932.
7-Pulp Fiction, de Quentin Tarantino, 1994.
8-El Enemigo Público, de Willian A. Wellman, 1931.
9-Litle Caesar, de Mervyn LeRoy, 1931.
10-Scarface, de Brian De Palma, 1983.

Dramas de Tribunal
1-Matar a un Ruiseñor, de Robert Mulligan, 1963.
2-Doce Hombres en Pugna, de Sidney Lumet, 1957.
3-Kramer vs Kramer, de Robert Benton, 1979.
4-El Veredicto, de Sidney Lumet, 1982.
5-Cuestión de Honor, de Rob Reiner, 1992.
6-Testigo de Cargo, de Billy Wilder, 1958.
7-Anatomia de un Asesinato, de Otto Preminger, 1959.
8-A Sangre Fría, de Richard Brooks, 1967.
9-A Cry in The Dark, de Fred Schepisi, 1988.
10-Juicio en Nuremberg, de Stanley Kramer, 1961.

Épicas
1-Lawrence the Arabia, de David Lean, 1962.
2-Ben-Hur, de William Wyler, 1952.
3-La Lista de Shindler’s, de Steven Spielberg, 1993.
4-Lo Que el Viento se Llevo, de Víctor Fleming, 1939.
5-Spartacus, de Stanley Kubrick, 1960.
6-Titanic, de James Cameron, 1997.
7-Sin Novedad en el Frente, de Lewis Milestone, 1930.
8-Rescatando al Soldado Ryan, de Steven Spielberg, 1998.
9-Reds, de Warren Beatty, 1981.
10-Los 10 Mandamientos, de Cecil B. DeMille, 1956.

De seguro las personas tendrán otras películas que incluirían en estos listados, creyendo injusto que no este allí catalogada, pero eso también dependerá de que tanto cine haya visto, recordando que “entre gustos no hay disgustos”. La escogencia de estas cintas esta valorada a partir de la historia que ha narrado, su puesta en escena, entre otras; cada una ha dejado imágenes que están en la retina del espectador, aquellas que quiere volver a ver en la movilidad que el espacio cinematográfico ha trasformado, desde un teatro oscuro hasta la sala de un apartamento. La otra posibilidad esta mediada por encontrar en esta guía una opción de acercarse a la historia del cine desde varios géneros, sobretodo en lo que respecta al cine americano, quedando para otra oportunidad una catalogación al cine europeo y latinoamericano. Que les rinda mucho comprando cine para tener este top 10, y si no lo compran, pues simplemente ejerciten la memoria recordando lo que vieron, o sintonicen un canal televisivo. Nos vemos en el próximo rollo.


PD: El canal de tv. MGM estuvo presentando en días pasados el programa dedicado al AFI’s 10 Top 10, 2008, estén en la jugada porque lo repiten.

Fuentes
-http://www.afi.com/
-Revista Kinetoscopio Vol. 18. N°83 / Agosto-Octubre 2008.

3.11.08

El Amplio Espacio Decadente de la Cinemateca la Tertulia u Otro Teatro en Vía de Extinción

Por: Yamid Galindo Cardona


En los años setentas del siglo XX cuando el Museo de Arte Moderno la Tertulia ya era una realidad por las bienales realizadas bajo el trabajo mancomunado de Maritza Uribe de Urdinola y su grupo de colaboradoras (es), así como la colección de obras de arte que empezaban a albergar estratégicamente, bajo el amparo de ese “charco del burro” ya pasado a la historia por la modernidad desastrosa con que algunos administraciones destruyeron ese Cali viejo; momentos donde la ciudad se había internacionalizado por los juegos panamericanos; cuando los ciudadanos se ganaban las congratulaciones de todo el país por cívicos y organizados, y en el fin de semana los jóvenes asistían a los cineclubes locales y un grupo comenzaba a crear lo que conocemos como Caliwood; se les ocurrió a los gestores de la Tertulia construir un escenario para presentar conciertos de cámara y cine, pasaron de alquilar teatros de barrio -ya venidos a desgracia- donde programaban cine, a tener el propio bajo el auspicio de la administración pública, la empresa privada y el trabajo de personas como el fallecido Gino Faccio quien ya tenía una reputación ganada con su participación en la construcción de la plaza de toros de cañaveralejo. Sueño realizable que necesitó de la cooperación de muchas personas para realizar allí diversos eventos representados en lo literario, musical, artístico y cinematográfico, este último sería el que a la postre pasaría a establecerse como espacio principal durante la semana, con una programación regular que hasta el día de hoy se mantiene, si es que ese “hoy” merece tenerse en cuenta.

La llegada refrescante de Ramiro Arbeláez a la Cinemateca la Tertulia unos años después de ser fundada, trajo su ya ganada experiencia en el Cine club de Cali, algo que posibilitó un trabajo encomiable que puso la sala entre las preferidas del público caleño por la programación y aspectos de exhibición, creándose un nuevo espacio social en dónde ver lo mejor del cine mundial y sus estrenos, con ciclos retrospectivos y un trabajo de amplitud inmejorable en talantes informativos y de atención a la clientela cinéfila experta y en formación, era su hoja de ruta; trabajo que entraba en pleno circuito con otras salas a nivel nacional que tenían experiencia o comenzaban a ganarla, caso de la Cinemateca Distrital de Bogotá. Esta época que recogió los años setentas y parte de los ochentas es la más fructífera y recordada, porque lo que siguió después de la salida de Arbeláez fue una breve colaboración de Luís Ospina, Julián Tenorio y su actual director Eugenio Jaramillo.

Ese impulso de la Cinemateca la Tertulia ganado desde su exhibición y bajo la dirección de Arbeláez, sigue su camino hasta mediados de la década de los noventa, cuando comienza su declive manifiesto en asistencia de público y divulgación, altibajos que cada vez son más bajos por la nula preocupación de quien la dirige y la persona que maneja las riendas de la institución en sí, la señora María Paula Álvarez. Cada vez la sala es un desierto de 300 sillas -algunas dañadas- bajo el amparo de una imagen borrosa en uno de sus proyectores; el pequeño punto publicitario en la pagina de eventos del periódico donde salía se perdió, y eso que la directora hace parte de la familia que maneja dicho diario; la pronta conversación y ayuda cinéfila se ha esfumado con la destitución arbitraria del portero en el año 2007, conocido caso que en su momento llego a oídos y estuvo en boca del medio cultural de la ciudad, por razones sospechosas de su despido; este puesto de trabajo ahora lo ocupa y realiza el vigilante de turno, aquel que contratan para realizar otras labores y deja descuidado el espacio asfaltico de nuestro antiguo charco, que valga anunciarlo, se le hace muy grande para ocuparlo.

El amplio espacio decadente que ya el público no ocupa con su presencia en la sala oscura de la Cinemateca al Tertulia, viene determinado por la falta de atención de la directora del Museo a quien de seguro poco le preocupa lo que sucede con este espacio de la cultura vallecaucana y trascendentalmente nacional; nada le importa a esta ficha de autoridad las necesidades que surgen en el día a día, tal vez porque considera todavía que ese es el “elefante blanco” que camina y camina y no cae, pero que el día que caiga sacará las mejores razones para explicar y enredar a sus escuchas diciendo que era necesario cerrarlo porque ya no iba gente y que era insostenible por la alta carga laboral de su operador y vendedora de boletas; y si eso sucede –que ojalá no sea así-, la directa responsable será ella, por su falta de preocupación hacía la sala en aspectos como la programación, la publicidad y las ideas, tal vez esta última es la que más les falta a María Paula Álvarez como directora del Museo la Tertulia y a Eugenio Jaramillo como director de la Cinemateca; en época de crisis hay que ser recursivos así se muera en el intento, algo que poco apuestan en la practica los sujetos mencionados, tal vez esperan y esperan el momento donde no dará más el espacio, tal vez perciben que sucede pero no quieren hacer nada, así tengan mucho que hacer. Señor lector, esté alerta porque tal vez en unos años veamos la Cinemateca la Tertulia cerrada, convertida en un salón alquiler de despedidas, fiestas y espectáculos, o en parqueadero: “Adelante, pase que hay cupo”, cupo que habitaron muchas personas durante más de treinta años sentados, complacidos, riendo, llorando, gritando, aplaudiendo y en últimas viviendo.

Se espera que la Cinemateca la Tertulia salga adelante con la organización de la red nacional de salas alternas Kayman que coordina el laborioso Jorge Mario Duran, tal vez con esta intervención se salga un poco de la decadencia, amanecerá y veremos. No dejemos que uno de los patrimonios culturales más importantes del país caiga en desgracia, que no se convierta en una sala donde solo los recuerdos sobrevivan, más bien exijamos que nos digan que se va hacer para sacarla adelante y realizar las mejoras pertinentes que la saquen de ese declive en que se encuentra, el mismo que se experimenta en la noches de libertad de aquellos vendedores y consumidores de alucinógenos que en alto porcentaje se han tomado los alrededores y han alejado aquellos transeúntes que veían en la rivera del río y el museo, un sitio de descanso. No permitamos que la Cinemateca la Tertulia haga parte de ese circulo exclusivo que un cinéfilo denominó Sociedad de los Teatros Muertos.