20.11.09

Llegaron los inmigrantes italianos, sesenta novios para otras tantas caleñas


Por: Yamid Galindo Cardona.

La historia no es de ahora, sucedió a mediados del siglo pasado. Aunque en la actualidad encontramos a muchos forasteros, entre esos italianos, que buscan una novia por estos lados del continente, casi siempre por medio de la conexión al internet o por la postulación en una agencia matrimonial; una apuesta a la que ellos en el extranjero, y ellas –estimuladas por mejorar una posición económica y social- en nuestras ciudades apuntan.

La noticia fue publicada con gran relevancia en un periódico local, decía que eran jóvenes bien plantados, gentiles, simpáticos y con ganas de trabajar, llegados a la región vallecaucana el primer día del año 1952 por el puerto de Buenaventura, y hospedados en el Hotel “Los Balkanes” de la ciudad de Cali. El objetivo inicial de estos inmigrantes era trabajar, y según la entrevista que les efectuara el reportero del periódico Relator, se especializaban en diversas ramas de la agricultura, anotando:

[…] Y nos iremos directamente a la tierra. Sabemos que aquí hay posibilidades de trabajo y nosotros nos sentimos frente a este país con la vida y el porvenir por delante. Nuestro jefe el doctor Laurini, es profesional en Ciencias Agrarias. Otro de nuestros jefes es el doctor Eder Artoni, el iniciador y organizador principal de esta inmigración. Otros somos mecánicos, carroceros, electricistas, albañiles etc.
-¿Por cuenta de quién hicieron el viaje?
Con nuestros propios recursos hasta Buenaventura. Hemos traído todo lo necesario.
-¿Cuál es el programa de ustedes?
En primer término trabajar.
-¿Ya vieron las caleñas?
Hermosísimas. De manera que nuestro segundo fin será el contraer matrimonio con ellas, ya que la mayoría de nosotros estamos solteros. Y ya los colombianos conocen los excelentes maridos que resultamos (Relator, enero 2 1952, Cali).

Luego, el entrevistador un poco emocionado, sigue su relato informándonos que los muchachos son alegres, locuaces y de gran viveza intelectual; agregando que cuando las mujeres los vean “les echaran el guante para el altar, porque en verdad ellos están ideales para mejorar la raza, estamos seguros de que con esta inmigración habrá por lo menos más de 40 señoritas vallecaucanas que dejarán de ser solteras. ¡De ellas depende!”. Igualmente el corresponsal entrevistó al señor Lucio Velasco- jefe de economía agrícola de la secretaria de agricultura del Valle- quién informaba que estaba optimista con la llegada de tan selecta y juvenil inmigración de italianos quienes se iban a vincular al trabajo nacional en pos de contribuir a la estructura económica del país, además de tener ya algunos vínculos con hacendados que les darían un espacio en sus tierras a partir de las ambiciones salariales que cada uno tuviera, y así adjudicarles un empleo. La noticia también informaba que desde Bogotá había venido un delegado del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien agradecía, al ser interrogado, la colaboración especial de cada una de las autoridades de la región con los ilustres visitantes, y que en palabras del funcionario “traían a Colombia el aporte de sus vidas bizarras, de sus conocimientos y de su esfuerzo para tecnificar el trabajo nacional”.

Para que la información fuera completa, el diario divulgó los nombres de los llegados a la sultana del valle, clasificándolos por profesión así:

-Agricultores: Guido Trauzi, Doménico Hari, Humberto Bennassi, Alfredo Amoretti, Alfonso Bordi, Sergio Corbelleta, Mauro Bruni, Maurilo Bruchi, Armando Briccoli, Doménico Del Vlaestro, Pride Busi, Hermes Tramelli, Arturo Piertalunga, Eddio Raverberi, Bruno Gruppini, Renzo ..llarl, Dorino Lodolini, Flaminio Molinari, Aldo Oposi, Odoaurdo Guatromini, Dandi Satori, Pietro Dignali, Rolando Briccoli, Sergio Orlandeli, Artemio Gotti, Soccolni Mauro, Soccoini Enrico, Luigi Vignali, Oreste Terboilli, Sartori Luigi, Sartori Dante, Pietro Ricoboni, Libio Minolí, Edio Maestro, Doménico Ferrari, Maestri Gino, Aldo Mantiagari.
-Constructor: Marcio Bercelli, Francisco Ferrante, Pietro Molinari, Giacobbi Testi, Marcelo Campri, Renzo Campri, Mario Folli, Villarini Gian Carbo.
-Electricista: Silvio Montiverdi.
-Mecánico: Pierino Montiverdi, Elio Callegari.
-Electricista: Nando Piesti.
-Mecánico electricista: Renzo Ramazoni.
-Soldador eléctrico: Mario Onori.
-Zapatero: Avanzi Alberto.

La misma edición de prensa divulgaba la información entregada por el secretario de agricultura departamental, mencionando que los europeos habían llegado al puerto de Buenaventura a las 5 de la tarde, que tenían entre 19 y 45 años de edad, y que sin omitir ninguna formalidad legal se les había facilitado lo concerniente al pasaporte y aduanas. Ante la pregunta: ¿Cuál es el plan de acción de los viajeros?, este representante gubernamental respondió: “Si bien es cierto que todos estos profesionales han viajado por su cuenta y riesgo, el gobierno los ha apoyado, teniendo en cuenta que su trabajo en el país debe redundar en provecho para los trabajadores y también para la economía nacional”.

Dos días después del despliegue periodístico ofrecido por la llegada de estos visitantes, Relator explicaba en una columna que a partir de lo narrado por los italianos -que en su gran mayoría eran solteros, garridos y laboriosos-, con respecto a buscar trabajo en la región y matrimonio con las bellezas caleñas, se había presentado agitación en los frentes femeninos:

[…] Pocos momentos después de que empezó a circular RELATOR con el reportaje, empezó a sonar el teléfono del Hotel “Los Balkanes” donde se hospedan los inmigrantes, con cordiales llamadas de saludo. En las horas de la noche llegaron comisiones de damas clarísimas quienes invitaron a varios italianos y los agasajaron en su casa y les dieron las primeras lecciones de los bailes colombianos. Los muchachos pasaron realmente horas dichosas y se muestran profundamente agradecidos de la hospitalidad cálida que han recibido en Colombia. De la ciudad hablan fervorosamente y manifiestan que Cali es un auténtico paraíso poblado de mujeres maravillosas. El jefe de los inmigrantes Eder Artoni, nos hizo hoy esta declaración: -Estoy realmente conmovido con la recepción que nos han dado las autoridades, el ilustrísimo señor obispo de la Diócesis, los industriales, los agricultores y la sociedad caleña en general. Este hecho compromete aún más nuestro anhelo de vincularnos a Colombia de corazón y eternamente. Debo manifestar mi emoción especial ante la gentileza e hidalguía de las adorables y hermosísimas caleñas quienes han sido de las primeras en darnos una excitante bienvenida (Relator, enero 3, 1952).

La noticia expuesta trae consigo algunas conjeturas que vale la pena asumir, agregando que es la única referencia encontrada en este periódico, sin tener reseñas posteriores, pero con la posibilidad de que otros órganos periodísticos existentes en el período como eran el Diario del Pacífico y El País, hallan sostenido más informaciones:

-Por la información reseñada con respecto a los empleados gubernamentales que los asistieron a su llegada al puerto de Buenaventura y la ciudad de Cali, se deduce que hubo un plan trazado que involucró a Italia y Colombia con sus ministerios de relaciones exteriores.

-Ante la crisis económica, política y social, que todavía a principios de la década de los cincuenta se vivía en Europa por causa de la II Guerra Mundial, este selecto grupo de hombres se aventuró con sus propios recursos a buscar un espacio en el continente suramericano, ¿por qué Cali? y no el “sueño americano” por vía de New York como era costumbre hacerlo desde el siglo XIX; o por el contrario a estos 60 italianos les correspondió esta parte del mundo de cientos que abordaron un trasatlántico.

-Particular que todavía en el periodo se tenga la “intención”, dejada entrever por quien escribe la noticia en el Relator, de “mejorar la raza” –una política muy debatida en las primeras décadas del siglo XX en nuestro país- a partir de las posibles uniones matrimoniales que se den con por lo menos 40 señoritas caleñas; y que estas hubieran buscado con afán una amistad a partir de lo leído y comentado por los extranjeros hasta el punto de llevarlos a sus casas y ponerlos a tono con la idiosincrasia nacional por medio de nuestros bailes típicos que de seguro fueron el bambuco, la guabina y la cumbia.

-¿Cuántos de estos italianos fueron vinculados a la mano de obra que necesitaba la región vallecaucana?, ¿Quiénes se quedaron y se unieron maritalmente?, ¿Cuántos se dirigieron a otros espacios de Colombia?, ¿Cuántos regresaron a Italia o prosiguieron a otro país?, ¿Avanzó el sector agrícola y laboral del Valle del Cauca con los extranjeros vinculados laboralmente a partir de la idea planteada según la cual contribuirían a la estructura económica del país? Tal vez la respuesta a las anteriores preguntas vendría de un análisis más profundo que identifique a través de censos que ciudadanos italianos se instalaron en Cali y sus alrededores, de posibles descendientes que de cuenta de esas vidas por medio de la tradición oral o por el contrario de una investigación que profundice sobre los inmigrantes que llegaron a la región vallecaucana en la postguerra.

Hay que agregar que la noticia de los italianos llegados a Cali en 1952, se asemeja a las búsquedas de muchos nacionales que viajan al extranjero a “mejorar” su estatus de vida por medio de un empleo que le posibilite enviar mesadas a su familia, casi siempre apuntando a los Estados Unidos y España. También muy parecido a aquella quimera creada unos meses atrás por el alcalde de Cali a unos ciudadanos desempleados, que por medio de una convocatoria, asistieron a un sorteo para ser seleccionados y llevados a España para cumplir labores agrícolas, con la diferencia que estos ilusos quedaron con la maleta hecha y las ganas intactas. Para terminar, actualmente encontramos en los extranjeros otras razones para venir al país, fuera de estar las laborales, es costumbre que Colombia sea un punto propicio para el turismo sexual y directamente el vinculado con las drogas, paraíso especial que ofrece una gran gama de ese factor económico prohibido pero vigente.

-En la foto parte de los italianos llegados a Cali, fuente periódico Relator.

7.11.09

Encuentro Colombiano de Investigadores en Cine, breve balance de un asistente despistado


Por: Yamid Galindo Cardona.

El recién creado Observatorio Latinoamericano de Teoría e Historia del Cine, perteneciente al Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional de Colombia, organizó entre el 21 y 23 de octubre el Encuentro Colombiano de Investigadores en Cine. Los invitados, dedicados a las pesquisas sobre las imágenes en movimiento en Colombia y Latinoamérica, entregaron en cada jornada ideas, propuestas, análisis, críticas y versiones enfocadas a la historia, la sociología, el arte, los estudios culturales y la comunicación social en su relación con el cine. Tenemos como antecedente inmediato de este tipo de reunión académica la XII Cátedra Anual de Historia Ernesto Restrepo Tirado celebrada en el año 2007, la cual estuvo dedicada al cine colombiano, publicando en el 2008 sus memorias con el titulo de Versiones Subversiones y Representaciones del Cine Colombiano. Investigaciones Recientes. Igualmente, a mediados de este año, sale publicada la Revista de Estudios Colombianos –Asociación de Colombianistas y Wabasch College- en sus números 33-34 dedicada a nuestras imágenes en movimiento. También cabe nombrar los trabajos, artículos, ponencias etc., que algunos investigadores solitarios han expuesto en congresos y seminarios diversos, siendo publicados en memorias, revistas académicas impresas o virtuales, boletines, blogs, etc.

A continuación expongo brevemente lo que vi y oí en cada una de las jornadas, compuestas por estudios de casos y mesas de trabajo:

Primera jornada
Se inició este evento con un diagnostico del estado del arte de las investigaciones sobre cine en Colombia, con un breve balance de publicaciones aparecidas desde la década de los sesentas del siglo XX hasta los primeros años de este nuevo milenio. Cira Mora y Diego Rojas, nos anunciaron que se está elaborando un “mapa del país” con respecto a los investigadores y sus perfiles, con el fin de sustentar una bibliografía que contenga información básica sobre las pesquisas que sobre el cine colombiano se han realizado, mostrándonos las cifras resultantes de la encuesta efectuada con el observatorio, y que sigue vigente - http://www.unal.edu.co/iie/observatoriodecine.html- para los interesados en entrar en está base de datos. Francisco Montaña presentó el Observatorio Latinoamericano de Teoría e Historia del Cine, asegurando que es necesario poner en el espacio académico este tipo de investigaciones sin desligarlas del trabajo creativo, buscando como propósito el trabajo en grupo, algo muy difícil en las artes, pero que podría desarrollarse a partir de nuevos enfoques y proyectos; el profesor Montaña afirmó que era necesario una red de investigadores, un punto de encuentro que reúna las diversas fuentes de información sobre la temática, inclusive creando una biblioteca virtual sobre las indagaciones realizadas en Latinoamérica, igualmente fomentando la publicación de investigaciones sobre el cine colombiano para finalmente lanzar una frase muy interesante: “este es un espacio de encuentro muy nuevo, no debe tener un dueño institucional”.

El primer estudio de caso correspondió a la investigación de Lucia Victoria Torres titulada Diez películas y cinco años de narrativa en el cine colombiano: una investigación sobre el impacto de la Ley 814 en el periodo 2005-2009, ganadora de la beca de investigación en cine del Ministerio de Cultura 2009; este proyecto tiene como auspiciante igualmente la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, donde su investigadora principal es docente, tiene como particularidad el trabajo en común con un semillero de investigación forjado en las entrañas de algunos cursos sobre apreciación cinematográfica, con un respaldo profesional muy fuerte, más una base teórica de algunos textos clásicos, vigentes y necesarios. El objetivo de la propuesta es analizar la narratología de diez largometrajes colombianos producidos como resultado de la aplicación de la ley instaurada por el estado para incentivar nuestro cine, la escogencia de esos filmes en palabras de la investigadora, se instauró bajo ciertos parámetros donde el aporte de cada uno de los involucrados fue importante, elaborando una ficha técnica, para pasar un segundo proceso dirigido a entrevistar los directores para corroborar las interpretaciones resultantes de los análisis insertados en las fichas.

Juana Suarez expuso el segundo estudio de caso titulado Escenarios para la investigación sobre cine colombiano en los programas de cine y en el dialogo global, ganadora igualmente de la beca de investigación en cine del Ministerio de Cultura 2009. La estudiosa en los últimos años ha demostrado con sus pesquisas, ser una vivaz gestora y animadora del análisis de nuestro cine, a partir de su cátedra en una universidad norteamericana, y la pronta publicación de su libro Cinembargo Colombia –investigación igualmente ganadora de la beca ya mencionada en líneas anteriores en el año 2006, contenido que ha podido presentar en algunos eventos nacionales e internacionales- por medio de la Universidad del Valle. Su exposición, bastante analítica, ilustrativa, crítica y mordaz, mostró las formas en las que se pueden llevar a cabo algunos procesos para investigar el cine colombiano, con balances dirigidos a las tareas por hacer. Igualmente, nos entregó un cotejo bibliográfico sobre lo escrito en nuestro país con respecto al cine desde diversas parcelas investigativas, y con variados criterios de juicio; también nos hablo sobre la situación de algunas instituciones públicas y privadas relacionadas con el cine, siempre con el tono de dejar dudas, soluciones y problemas a resolver. En resumen, una gran “incitadora intelectual” que deja en el público cierto aura de aceptación o reproche.

Encuentros y desencuentros entre el cine colombiano y los espectadores: exhibición, públicos y procesos sociales, es el título del tercer estudio de caso presentado, ganador de la beca de investigación en cine del Ministerio de Cultura 2009, bajo la autoría de Maritza Ceballos, quien se hizo acompañar del co-investigador Edward Goyeneche. Los objetivos de este proyecto son los de descubrir las rupturas y continuidades de la relación entre los públicos, el impacto de las películas colombianas a partir de los datos entregados por las taquillas y los conceptos de la crítica, la percepción actual que los espectadores tienen del cine colombiano, el concepto de los diversos públicos, y la preferencia de los colombianos por el cine nacional; lo anterior, para buscar elementos de contraste que arrojen resultados que desentrañen esa relación tan trascendental entre lo que se proyectaba en la pantalla y los mensajes que recibían sus emisores. Buscan los responsables de este trabajo, identificar los cambios en el concepto de espectadores, audiencia y público en diversos momentos históricos, sociales y particulares. Aunque los expositores, dieron pistas de su metodología de trabajo, y marco teórico, tuvieron una serie de críticas por parte del público participante del evento, dirigidas a la periodización, ya que en ningún momento se observó una explicación acertada en ese sentido, básica para emprender cualquier investigación histórica, más, si en sus respuestas se dio a entender que abarcarían el siglo XX, algo imposible de entregar con resultados rápidos ante el tiempo que exige el Ministerio de Cultura para finiquitar el proyecto.

Segunda jornada
Luisa Fernanda Acosta expuso el cuarto estudio de caso titulado Cine y culturas populares en Colombia: 1960-2009, proyecto ganador del Concurso Nacional de Investigación sobre Imagen en Movimiento en Colombia de la Fundación Gilberto Álzate Avendaño 2009. Este interesante proyecto se sustenta según la profesora Acosta, bajo un análisis del contexto histórico seleccionado, básico para comprender el objeto que se busca con la relación cine y cultura popular, donde las películas serán las fuentes primarias bajo las características que estas tienen y el universo que se construye desde allí, enfrentado la experiencia personal para identificar las claves simbólicas que están presentes en las cintas. Por la seguridad de su expositora, y su claridad en los objetivos, métodos y teorías a utilizar para su pesquisa, está será una investigación para tener en cuenta en sus resultados finales cuando sea publicada, básica para nuestra historiografía sobre el cine colombiano.

De la Universidad Autónoma de México nos visito David Wood con el quinto estudio de caso titulado Desde las entrañas de la nación: espacio, raza y modernidad en el cine colombiano. La estructura de análisis de este investigador con respecto a las películas que va analizar, se dividirán en cintas silentes, militantes, políticas, de reconstrucción histórica y aquellas derivadas de lo que conocemos como cine comunitario; utilizando diversos enfoques de estudio, sobresaliendo los estudios culturales para buscar los impactos y los vínculos con los fenómenos sociales y políticos, posicionando los discursos que surgen para unirlos con los diversos abordajes que poseen las películas, este autor nos entregó brevemente algunos comentarios de la películas que va analizar entre las que se destacan Alma Provinciana de Félix Joaquín Rodríguez del año 1926, y el documental de Oscar Campo titulado Noticias de Guerra.

Agarrando Pueblo 30 años después: perspectivas desde Cidade de Deus y Rosario Tijeras, se denominó la investigación de Aaron Lorenz de la Universidad de Indianápolis, Estados Unidos. A través de algunas escenas de estos tres filmes, el autor amenamente entregó su punto de vista, siendo significativo su metodología al triangular su análisis, convirtiéndose en ejemplo para muchos de los asistentes. Agregando que el vecino de silla se sintió nuevamente observado por un público variado -todavía sonriente 30 años después-, que lo veía en su papel actoral de periodista, con unos años menos, y agarrando pueblo.

La conferencia central de este evento estuvo a cargo de la profesora Ana María López, quien se encuentra vinculada a la Universidad de Tulane, Estados Unidos. La charla titulada La investigación cinematográfica en América Latina, fue un interesante balance de las principales obras que han aparecido en algunos de nuestros países latinoamericanos. Sobre sus reflexiones, menciono las siguientes: primero, que en nuestro continente se ha priorizado la producción, más no la investigación cinematográfica, además de estar concentrada en algunas instituciones, y no abierta a otras; segundo, la relación entre investigación y enseñanza; finalmente, abordó la necesidad de reenfocar el encuadre de las investigaciones hacia lo transnacional con la siguiente pregunta: ¿Qué significa pensar el cine cómo algo transnacional?

La primera mesa de trabajo titulada Problemas teóricos y estéticos. Investigación cinematográfica: entre los estudios cinematográficos y los estudios culturales, tuvo inicialmente la participación del crítico antioqueño Oswaldo Osorio, quien aboga por superar la descripción para ir en busca de los estudios transversales donde la academia intervenga para que el cine se convierta en un campo de estudio; además de defender una postura encaminada a que si es posible investigar desde la crítica cinematográfica con un método de estilo, misión y mirada científica. Jaime Correa nos entregó sus apreciaciones a partir de los estudios culturales y su experiencia como investigador, enfatizando que en Colombia no hay una tradición de los estudios cinematográficos, y presentando algunas herramientas teóricas que posibilitan llegar a puntos de investigación e insinuando la necesidad de romper las fronteras de las disciplinas. Por su parte, el profesor brasileño Joao Luiz Vieira, nos dio luces sobre el proceso cinematográfico de Brasil, y los semejantes temáticos con respecto a nuestros países, haciendo énfasis en Colombia y sus asuntos tan comunes como son el narcotráfico, la prostitución, el desempleo etc., trayendo a colación nuevamente la necesidad de pasar de proyectos investigativos nacionales a transnacionales, lo que podríamos considerar estudios comparados que integren grupos de trabajo, es decir, encontrar la mirada del otro, del que está por fuera y con otros ojos descubre y apropia diferentes posibilidades analíticas.

Problemas históricos. ¿De qué hablamos cuando hablamos de historia del cine?, fue el título de la segunda mesa de trabajo que abriría Txomin Ansola González de la Universidad del País Vasco, hablándonos inicialmente sobre las tensiones interdisciplinares y los diferentes tipos de escritura que se encuentran según él, en las humanidades, las artes y las ciencias sociales; pasando a contextualizar brevemente el caso español y aseverando que está por explorarse y escribirse la historia del cine en su país, que ya en sí es muy complejo; el resto de su charla estuvo dedicada a presentar su punto de vista sobre los espacios para desarrollar una investigación histórica referente al cine, que en su estudio de caso esta alejada de la mirada panorámica, y enfocada la historia local. Ramiro Arbeláez, venido de la Universidad del Valle y con experiencia en la investigación histórica de nuestras imágenes en movimiento, y con su “alta terquedad” en desentrañar algunos asuntos pasados brevemente por el ojo de otros auspiciadores de la historia del cine colombiano, comenzó su exposición con dos preguntas centrales ¿Qué historia hemos hecho? y ¿Qué historia deberíamos hacer ahora?, para luego decirnos que hemos realizado historia estética y tecnológica, proponiendo la elaboración de una historia social como por ejemplo la dirigida a los públicos; a propósito del libro fundacional de la historiografía del cine colombiano de Hernando Martínez Pardo, Arbeláez invita a su actualización, complementándola con las diversas fuentes aparecidas desde el año 1978 hasta nuestro presente, además de entregar algunas ideas básicas para afrontar las investigaciones actuales, y relatarnos parte de su experiencia con imágenes retratadas de la prensa que sirven para adelantar sus pesquisas, y que aportaron a los asistentes como ejemplo de las posibilidades que el campo investigativo ofrece.

Tercera Jornada
La tercera mesa de trabajo titulada Otros escenarios de la investigación cinematográfica: Procesos curatoriales, investigación documental y creación artística, inició con la experiencia del investigador y crítico cinematográfico Pedro Adrian Zuluaga en la curaduría de la exposición “¡Acción! Cine en Colombia” que se organizó en el Museo Nacional de Colombia en el año 2007, informándonos sobre el relato cronológico elaborado y el tipo de materiales que se ubicaron para los visitantes; igualmente, cabe mencionar dos expresiones muy significativas que en medio de la charla lanzará nuestro conferencista, la primera, al afirmar que allí no se hizo un aporte historiográfico; la segunda, ante la pregunta ¿qué se logro? -hecha por él mismo-, y su respuesta “mucho y nada”, que desemboco en una serie de reflexiones sobre la labor que cumple este tipo de espacios en la educación y apropiación de quienes participan como receptores del mensaje. El cineasta Luís Ospina entró al escenario para comentarle al auditorio su experiencia en la realización del documental En Busca de María 1985, así como su realización titulada De la ilusión al desconcierto cine colombiano 1970-1995, una participación interesante que esbozo los acercamientos y encuentros entre la investigación histórica y el documental, con anécdotas y experiencias valiosas y divertidas. Culminó esta mesa el artista Carlos Santa, quien con su sensibilidad nos entregó algunas reflexiones en torno a su documental titulado “Fragmentos” las imágenes más bellas del cine colombiano, 1999 con la posibilidad de escucharlo y ver en la pantalla del auditorio estos fragmentos diversos en blanco y negro de una Colombia tan cercana y ajena con sus hechos políticos, artísticos, y cinematográficos, donde la sociedad estuvo retratada.

Investigación y academia: ¿La investigación cinematográfica, arte o ciencia?, fue la cuarta mesa de trabajo que tuvo como particularidad la invitación de un representante de Colciencias, quien explicó brevemente los cambios que se están presentando en esa institución del estado en lo que se denomina apropiación social del conocimiento, para involucrar las diversas manifestaciones del arte dentro de las posibilidades que la institución ofrece en sus planes estratégicos, en donde el cine debe tener un papel sobresaliente a partir de las adaptaciones que se hagan; lo anterior, con un trabajo mancomunado que debe tener de parte del interesado -en este caso los involucrados con la investigación cinematográfica-, un documento o propuesta que entregue las herramientas de inserción en lo que podríamos denominar red social nacional e internacional de ciencia. Lucia Victoria Torres y Ramiro Arbeláez, cada uno desde su experiencia en las respectivas universidades que representan, nos contaron los espacios, medios, formas y características en las que la investigación cinematográfica ha sido llevada a cabo, con sus ventajas, aciertos, desaciertos y problemas; reflexiones que aportaron para conocer las diferencias manifiestas entre dos espacios regionales, y sus vínculos minúsculos con los temas referentes a la reflexión sobre nuestras imágenes en movimiento.

El evento terminó con lo que se denominó Taller de ideas: Herramientas para la formulación de proyectos de investigación, con la acertada intervención de Silvia Arango –decana del Doctorado en Teoría e Historia de la Arquitectura y el Arte de la Universidad Nacional- aportando diversas apreciaciones con respecto a las formas como son presentados los proyectos de investigación y los errores que se comenten, toda una clase amena, sencilla y placentera que seguro muchos aprovecharon para sus propias ideas investigativas a corto y largo plazo. Finalmente, Juana Suarez nos expreso a través de unos ejemplos las formas acertadas y equivocadas de presentar un proyecto, además de entregarnos una lista de temas por explorar y seguir investigando.

En conclusión
-El evento proporcionó a los nuevos e interesados en entrar al espacio de investigación cinematográfica colombiano, una serie de elementos básicos para aplicar, escuchando propuestas y experiencias significativas que han aportado a un campo relativamente nuevo, que tiene bajo la batuta de algunas instituciones un patrocinio acertado –que podría ser más- para su desarrollo.

-Para los que estamos inmersos en el campo de investigación de nuestras imágenes en movimiento, significó la oportunidad para apropiar, aprender y socializar, esperando que más adelante seamos nosotros los encargados de entregar lo que hemos realizado, ojalá bajo la premisa de una convocatoria abierta que seleccione los trabajos a exponer bajo la modalidad de paneles temáticos.

-La posibilidad de asistir durante tres días a un programa tan variado referente a la investigación cinematográfica, y sin ningún costo, es de resaltar y aplaudir; se convierte en un regalo fabuloso que seguro los asistentes supieron aprovechar, y agradecer a partir de diversas formas, tal cual como lo presenta este asistente despistado.

Igualmente organizaron este evento: Escuela de Cine y Televisión de la Universidad Nacional de Colombia, la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura, y el apoyo del banco de la Republica por medio de la biblioteca Luís Ángel Arango.